Venezuela: islam a cambio de ayuda económica

Todas las noticias que llegan de Venezuela confirman la tragedia en la que el tiránico y criminal régimen bolivariano ha sumido al país, hundiéndolo en la miseria y la violencia y provocando un éxodo sin precedentes de venezolanos que huyen del país.
Aprovechando su viaje a Argentina para asistir a la cumbre del G20, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, viajó hasta Caracas, donde fue recibido con todo tipo de honores, en medio de una multitud de niños ondeando banderas con la media luna turca y recogiendo de manos de Maduro una réplica de la espada de Simón Bolívar y la más alta condecoración que otorga el actual régimen venezolano. Una visita histórica que da oxígeno al aislado gobierno chavista, en plena crisis de carestía de alimentos y medicamentos.
Las declaraciones de Erdogan fueron categóricas: «cubriremos la mayor parte de las necesidades inmediatas de Venezuela, tenemos la capacidad y la oportunidad de hacerlo». Eso sí, a cambio de petróleo y recursos minerales, además de acuerdos de cooperación en materia militar y en el transporte marítimo. De hecho, los intercambios bilaterales entre los dos países se han multiplicado por seis con respecto al año pasado.
Las relaciones entre Erdogan y Maduro se estrecharon hace poco más de un año cuando el presidente turco invitó al venezolano a un encuentro anti-israelí en Turquía como respuesta al reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel por parte del presidente estadounidense Donald Trump. Una relación que se ha ido intensificando y que, aunque tiene un carácter eminentemente económico, también incluye el permiso para la construcción del «Centro cultural turco Yunus Emre de Caracas», dedicado a difundir el islam en el país. Se tratará del primer centro cultural turco en Hispanoamérica y contará con el apoyo de la primera cátedra de estudios islámicos en la universidad pública venezolana, dirigida por Adán Chávez, el hermano del difunto tirano Hugo Chávez, quien ya mostró sus simpatías hacia el islam, ese otro milenarismo carnal con los que los comunistas tienen tanto en común.