Nuestra Señora de Ostra Brama, Madre de Misericordia

También denominada Nuestra Señora Puerta de la Aurora, o Nuestra Señora de la Misericordia, se trata de una de las imágenes más veneradas en Europa Oriental –principalmente por lituanos, polacos y bielorrusos–, y el segundo lugar con más peregrinaciones para los polacos después de la Virgen de Czestochowa.

Su historia, siempre cerca del pueblo lituano

Su historia comienza a principios del siglo xvi, cuando se decide construir un recinto amurallado en torno a la ciudad de Vilna, por aquel entonces ya capital del Gran Ducado de Lituania. Este recinto tenía nueve puertas, y en una de ellas –la puerta sureste, denominada Puerta de la Aurora- se mandó colocar una imagen de la Virgen que protegiera la ciudad. La imagen se colocó en una capilla justo encima de un arco que atravesaba la calle y que formaba parte de la muralla.
En las épocas en que la ciudad de Vilna fue atacada y muchos de sus edificios quemados, la imagen siempre quedó intacta de manera inexplicable. Es por eso que con el paso de los años la devoción a la Virgen de Ostra Brama –que significa Puerta de la Aurora en polaco– fue creciendo. En el año 1654 los carmelitas fueron autorizados para llevarse la imagen y restaurarla, revistiéndola de plata y dejando sólo la cara y las manos descubiertas. A partir de entonces se empiezan a relatar algunos milagros espectaculares.
La imagen de la Virgen, de gran tamaño, se colocó encima de la puerta de entrada a la ciudad, frente a un gran ventanal, de manera que podía verse desde lejos. Cuando el pueblo celebraba la fiesta de su Virgen, toda persona –fuera de la religión que fuera– que atravesara el arco y pasara debajo de su capilla, lo hacía con señal de respeto hacía María, que tantas gracias había derramado sobre ellos.

«Madre de la Misericordia, protégenos de los enemigos»

La pintura se colocó en la puerta sureste, la más peligrosa de la muralla, que se erigió para defender la ciudad de los ataques tártaros. Durante el siglo xvii, la capilla fue destruida por un incendio que arrasó la ciudad de Vilna –provocado por ataques moscovitas–. A pesar de ello, la imagen continuó intacta de manera inexplicable.
Algo parecido sucedió en el año 1711, cuando la capilla de Puerta de la Aurora se quemó completamente. Un monje carmelita, cuya orden cuidaba de la imagen, pudo recoger la pintura milagrosa para salvarla del fuego. Más adelante, en el año 1799 las fuerzas rusas entraron en Vilna, destrozando las puertas de la muralla, pero la puerta de Ostra Brama quedó intacta.

Antes de la segunda guerra mundial se celebraban diariamente numerosas liturgias en la Puerta de la Aurora. Se rezaban las letanías vespertinas con gran presencia de fieles en la capilla y en las calles cercanas. Durante la guerra, la pintura milagrosa permaneció en Vilna, y los creyentes oraron ante ella por la libertad de la ocupación alemana y luego soviética.
Así, en los últimos siglos de historia de la ciudad de Vilna, la fe en la Virgen, Madre de Misericordia, fue creciendo notablemente. Tanto es así que a lo largo de su historia ha habido cantidad de combatientes, gobernantes y personas célebres que han ofrecido a la Virgen sus espadas, condecoraciones y joyas. También, durante el día se pueden encontrar personas rezando a los pies de la Virgen y pasando por la puerta en actitud de oración. En una de las paredes del arco, bajo la capilla, aparecen escritos en latín los textos «Mater Misericordiae» y «Sub tuum praesidium confungimus…»

El milagro que evitó un atentado

Sucedió en el año 1896. Estando el sacristán cerca de la capilla donde estaba la imagen -tan venerada por el pueblo lituano-, se le acercó un hombre ruso que con gran devoción le pidió encender dos grandes cirios y mantenerlos encendidos toda la noche para atender una intención importantísima. El sacristán tenía orden de permanecer en vela si quedaban cirios encendidos por la noche, así que el hombre le recompensó por el sacrificio.
Ya entrada la noche, el sacristán oía una y otra vez una voz que le decía «¡Apaga, apaga esas velas!». Asustado porque no veía a nadie, apagó las velas y a la mañana siguiente inspeccionó los cirios para solucionar el misterio. Sorprendido por el peso de los cirios, los fue abriendo con un cuchillo hasta llegar a la mitad, donde se encontró que estaban llenos de dinamita. Todo estaba calculado para que estallasen a la hora de la misa parroquial. Fue de esta manera como la Virgen protegió al pueblo e hizo fracasar el atentado.

Primer acto de veneración de la imagen de Jesús Misericordioso

Fue en la capilla de Puerta de la Aurora donde se expuso por primera vez al público la imagen de Jesús Misericordioso, inspirado a santa Faustina Kowalska.
En el número 89 de su Diario, la santa relata que «Sucedió que, tal y como el Señor había pedido, el primer acto de veneración a esta imagen por parte de sus devotos tuvo lugar el primer domingo después de Pascua. Durante tres días la imagen estuvo expuesta en público, y recibió la veneración pública porque había sido colocada en Ostra Brama, en un ventanal, en lo alto, por eso se la veía desde muy lejos. Durante esos tres días en Ostra Brama fue celebrada con solemnidad la clausura del Jubileo de la Redención del Mundo, el xix centenario de la Pasión del Salvador».

Referencias a la Virgen María de Ostra Brama

A partir del siglo xviii, tanto papas como obispos confirmaron el carácter milagroso de la pintura. En 1775 el papa Clemente XIV otorgó una indulgencia a los peregrinos y en 1927 el papa Pío XI permitió que la pintura fuera solemnemente coronada y usado el nombre de María, Madre de Misericordia.
El número de peregrinos que se dirigen a este santuario sigue siendo muy elevado. El 4 de septiembre de 1993 durante el viaje apostólico a las repúblicas bálticas de Lituania, Estonia y Letonia san Juan Pablo II rezó el rosario ante la Virgen de Ostra Brama agradeciendo «a la Madre del Señor, el ver alejadas de Lituania y otros países las oscuras nubes del confinamiento de la ocupación y la persecución» expresando su gozo por poder estar allí físicamente, confiándoles que acostumbraba unirse a los fieles espiritualmente desde la Capilla Lituana en el Vaticano donde se custodia una copia de la imagen venerada en el Santuario de La puerta de la Aurora.
El beato padre Sopocko, confesor de sor Faustina Kowalska y apóstol de la misericordia, refiriéndose a la Madre de Dios y al despertar de la confianza, dijo que «Con seguridad todo viene de Jesús Misericordiosísimo, pero toda la gracia que obtenemos viene a nosotros a través de María […] la evidencia de esto son los numerosos lugares de milagros donde, por la intercesión de la Santísima Virgen María, la gente encuentra la curación de enfermedades, el consuelo en la tristeza, la esperanza en la desesperación. No fue una coincidencia que el cuadro con la imagen del Salvador misericordiosísimo, adorado y alabado en el mundo entero, por primera vez fuera expuesto a los pies de Nuestra Señora de Ostra Brama –28 de abril de 1935, el primer domingo después de la Pascua–, como si de alguna manera lo aprobase y recomendase. Por lo tanto estrechemos aún más los lazos que nos unen a la Madre de la Misericordia y confiemos en ella sin límites»