
De los sermones de san Agustín sobre el nacimiento del Señor.
Escribe san Pablo desde Corinto en el año 52 a la comunidad de Tesalónica:
Por lo que respecta a la venida de Nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con Él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis alterar tan fácilmente en vuestros ánimos, ni os alarméis (…) por algunas palabras (…) que os haga suponer que está inminente el Día del Señor. Que nadie os engañe de ninguna manera.
Artículo publicado en «Cristiandad», nro 153.
San Agustín, en La Ciudad de Dios, después de afirmar que en el origen de la «ciudad terrena» está «el amor de sí mismo que llega hasta el desprecio de Dios» (XIV, cap. 28), una ciudad terrena que lleva a la miseria eterna (XIX, cap. 28), afirma, no obstante, en el largo desarrollo en que describe las dos ciudades –la celeste y la terrena– conviviendo mezcladas entre sí a lo largo de los siglos y en el curso de los sucesivos imperios en que se concreta la vida de la Ciudad terrena, que: «También nosotros –los cristianos, los ciudadanos de la Ciudad celeste– usamos de la paz de Babilonia» (XIX, cap. 26).
Por: Barroso, María Dolores Fecha: Jun-Jul, 2013 Número(s) de la revista: 983-984
Por: Belmonte, Miguel Angel Fecha: Ene, 2013 Número(s) de la revista: 978
Por: Belmonte, Miguel Angel Fecha: Dic, 2012 Número(s) de la revista: 977
Por: Agustín, San Fecha: Dic, 2011 Número(s) de la revista: 965
Por: Amado, David Fecha: Ago-Sep, 2009 Número(s) de la revista: 937-938
Por: Agustín, San Fecha: Mar, 2005 Número(s) de la revista: 884
Por: Campo del Pozo, O.E.S.A., Fray Fernando Fecha: Sep, 1955 Número(s) de la revista: 275-276