Como ya anunciamos en el número anterior hemos querido dedicar en este año del centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima tres números de la revista –los de los meses abril, mayo y junio–. Se ha pretendido glosar…
Autor: Gerardo Manresa Presas
Mensaje con motivo del centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima
El domingo 13 de mayo de 1917 en Cova da Iría
«Soy la señora del Rosario». Y con ello nos lo dijo todo
«Sorpresa, paz y alegría» en Aljustrel
En los maravillosos e impresionantes mosaicos de la antigüedad cristiana, cuando se halla representada una «teofanía», es decir, una extraordinaria manifestación de la divinidad, no falta el detalle de unas nubes crepusculares de tono rojizo. Y esta característica se hace presente, tanto si estos sucesos evocados en los mosaicos tienen lugar en un ambiente sensacional y sobrecogedor, por ejemplo en la majestuosa teofanía del monte Sinaí, como si se trata de una escena armoniosa y serena cual viene a ser la llegada y la comida de los tres ángeles junto a la tienda de Abraham en Mambré.
La reparación al Corazón Inmaculado de la Virgen María
El mensaje de la Virgen en Fátima contiene muchas cosas: la manifestación de que el mundo se ha apartado de Dios y la amenaza de un castigo; la invitación a la conversión; la petición de hacer penitencia para la conversión de los pecadores y de rezar el rosario para conseguir la paz del mundo; la invitación a consagrar Rusia al Corazón Inmaculado de María para evitar que extiende sus errores por el mundo; el mandato de construir allí un santuario donde los hombres vengan en peregrinación, etc.
La devoción de los primeros sábados de mes al Inmaculado Corazón de María*
El 13 de julio de 1917, Nuestra Señora de Fátima mostró a los tres pastorcitos el Infierno, adonde van las almas de los pobres pecadores que mueren alejados de Dios.
Les dijo: «Habéis visto el Infierno, adonde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que les pido, muchas almas se salvarán y habrá paz.»