Jubilados y musulmanes mantienen a Macron en la presidencia de Francia

El pasado 24 de abril se celebró en Francia la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen, con victoria del primero. Unas elecciones que se centraron en cuestiones tales como la amenaza de crisis económica, el papel a jugar en la guerra entre Rusia y Ucrania o la cuestión migratoria. La primera vuelta ya había resultado en una victoria de Macron, con el 28% de los votos, seguido de Le Pen, con un 23%. Cerca quedó Mélenchon, candidato de la extrema izquierda (22%) y lejos de ellos el derechista Eric Zemmour (7%).
¿Cuáles han sido los motivos que han llevado a la victoria final de Macron? En primer lugar, estas elecciones han tenido como punto principal de debate la cuestión migratoria. La amenaza de la desaparición de la Francia que conocemos debido a la inmigración masiva y el aumento de zonas sin ley se han convertido en un debate latente en los últimos años. Convertido ya oficialmente en un desafío nacional, no hay acuerdo en cuanto a las soluciones. Por un lado, Le Pen y Zemmour eran
los candidatos que abogaban por las soluciones más radicales. Particularmente Zemmour hizo de ello
el eje de su campaña: con su lemam «Para que Francia siga siendo Francia» y su partido denominado «Reconquista», su popularidad creció durante los primeros compases de la campaña. Sin embargo, el protagonismo de la guerra en Ucrania, donde declaraciones pasadas ensalzando la figura de Putin como líder y poniéndolo como ejemplo para Francia mermaron su atractivo electoral, benefició a Le Pen, que ha desarrollado una campaña muy medida, pensada para evitar la movilización masiva de quienes rechazan sus postulados.
Por su parte, Macron, aunque también ha endurecido su postura en relación a la inmigración, la ha
encarado como una cuestión europea y ha propuesto medidas mucho más suaves que su principal contrincante, lo que le ha permitido reunir en la segunda vuelta gran parte del voto que Mélenchon se había llevado en la primera vuelta, incluida la inmensa mayoría del voto islámico, que cada vez pesa más en los comicios franceses.
Por otro lado, el voto de los jubilados ha jugado un papel fundamental en el resultado de estas elecciones. Este grupo, que es el que más participa en las elecciones, se decantó masivamente por Macron (80% del voto de los mayores de 70 años). Según los analistas, a pesar de estar preocupados por el devenir de Francia y considerar que Le Pen está más preparada para afrontar el problema que Macron, han decidido fi nalmente su voto por aversión al riesgo. Siendo conscientes de que las medidas disruptivas planteadas por Le Pen provocarían tensiones, su preferencia por la estabilidad en el corto plazo ha decidido el sentido de su voto.
Ahora, la gran cuestión que se plantea tras estas elecciones es si con el creciente peso electoral de los
votantes surgidos de la inmigración, la importancia que está adquiriendo la comunidad musulmana instalada en Francia y el envejecimiento de la población y su deseo de estabilidad política, queda aún alguna esperanza de recuperación de una Francia fi el a su historia y vocación en el futuro.