En el centenario de la consagración de España al Corazón de Jesús

La consagración de España al Corazón de Jesús de 1919 vino precedida por una intensa preparación y dio abundantísimos frutos de renovación espiritual y apostólica, entre los que destaca la estela numerosa de mártires durante la persecución religiosa de 1934-1939.
En el próximo número de la revista nos haremos eco extensamente de la renovación de dicha Consagración que tuvo lugar el pasado 30 de junio en el Cerro de los Ángeles y de la que también esperamos grandes frutos de santidad para nuestro país «en un momento de la historia como el actual, en que el olvido de Dios está provocando heridas inimaginables en la vida de tantas personas». Porque también en esta ocasión esta consagración ha venido precedida por una extraordinaria presencia del Corazón de Jesús por todo nuestro país.
Desde el 2 de diciembre de 2018, en que se abrió la Puerta Santa de la basílica del Santuario del Cerro de los Ángeles para dar inicio al Año Jubilar, han sido innumerables los peregrinos que se han acercado a esta fuente inagotable de vida y santidad.
Y llama la atención la variedad de grupos, asociaciones, institutos religiosos o simples peregrinos de toda España que han subido el Cerro de los Ángeles para ganar el jubileo.
Parroquias (Alcorcón, Aranjuez, Fuenlabrada, Villanueva de la Cañada, Alcalá de Henares, Valdemoro, Navalcarnero, Ocaña, Escalona, Recas, Oviedo, Jerez de la Frontera, Ciudad Real, Coria-Cáceres, Cuenca, Vitoria, Plasencia, Sevilla, Barcelona, Zaragoza, la Coruña, Córdoba, Santa Cruz de Tenerife, etc.), delegaciones diocesanas (como las de Medios de comunicación procedentes de las diócesis de Sant Feliu, Menorca, Palencia, Madrid, Oviedo, Granada, Valladolid, Valencia, Vitoria, Jaén, Guadalajara, Cartagena, Córdoba y Odisur, o las de catequesis de diferentes diócesis españolas), sacerdotes y seminaristas (entre los más numerosas los procedente de Toledo) e incluso todos los obispos españoles, aprovechando su presencia en Madrid para la Asamblea Plenaria, han peregrinado al santuario del Cerro a ponerse bajo la protección del Corazón de Cristo.
Y también miembros de órdenes religiosas y movimientos eclesiales (Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén, salesianos, Heraldos del Evangelio, Regnum Christi, Siervos del Hogar de la Madre, Apostolado de la Oración y de la Divina Misericordia, Hijas de la Caridad, Guardia de Honor del Sagrado Corazón, de las Salesas, y del Apostolado Mundial de Fátima, Emaús y Effetá, hermanas de la Obra Misionera de Jesús y María, grupos de Vida Ascendente, Asociación Católica de Propagandistas, Domus Mariae), alumnos y profesores de diferentes colegios y universidades (colegio San José de Cluny de Pozuelo de Alarcón, Formación Profesional del Colegio Sagrado Corazón de Vallecas, Centro Diocesano de Teología de la Diócesis de Getafe, Centro Académico Romano Fundación, Milicia de Santa María del Colegio Sagrados Corazones de Madrid, Universidad CEU San Pablo de Madrid), asociaciones y hermandades (Ayuda a la Iglesia Necesitada, Hermandad de la Virgen de la Caridad de Illescas), residentes y profesionales de centros de salud (Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón en las localidades de Arroyomolinos y Ciempozuelos), reclusos de los centros penitenciarios de la diócesis de Getafe, militares pertenecientes a la unidad de Servicio del acuartelamiento San Juan de Ribera de Valencia y hasta el club de fútbol de Getafe, que ofreció su primera clasificación para competiciones europeas en la historia del club a la Virgen de los Ángeles y se sumó también a la celebración del centenario de la Consagración de España al Sagrado Corazón.
Sin embargo, es notoria una ausencia: ningún partido político, ayuntamiento, gobierno regional o nacional ha acudido a este Rey de Amor. Y si algunos políticos sí lo han hecho a título personal, esto manifiesta hasta qué punto el laicismo domina nuestras instituciones políticas, «negándose los gobernantes de las naciones a dar por sí mismos y por el pueblo públicas muestras de veneración y de obediencia al imperio de Cristo».
Que este manantial de gracias, que ha tenido como epicentro el Cerro de los Ángeles pero que también se ha dejado sentir en muchísimos otros sitios de España (e incluso en internet) donde se han multiplicado las iniciativas para hacer presente el Corazón de Jesús, sea el preludio de los «increíbles beneficios que necesariamente vendrán a toda la sociedad civil al reconocer, pública y privadamente, la regia potestad de este divino Corazón».