En Rumanía, la Comisión europea impide la victoria del candidato más votado Rumanía atrajo la atención mundial tras la espectacular anulación de las elecciones presidenciales del año pasado en las que había resultado ganador en la primera vuelta Calin Georgescu, el candidato de la derecha soberanista. No era del agrado ni de quienes detentan el poder en el país ni, mucho menos, de la Comisión europea. Así que fue acusado, sin prueba
alguna, de formar parte de un plan de injerencia rusa y el Tribunal Constitucional de Rumanía, bajo presión europea, anuló los resultados y canceló la segunda vuelta de los comicios. Transcurrido un año, y cuando ya se están preparando de nuevo las elecciones, los sondeos eran favorables a Georgescu, así que la Comisión Electoral ha rechazado la inscripción de su candidatura, una decisión que ha provocado violentas protestas de sus partidarios. Mientras se habla por activa y por pasiva de la necesidad de defender unos indefinidos «valores europeos», la realidad es que lo que está ocurriendo en Rumanía recuerda mucho a los métodos soviéticos y totalitarios que se suponía habían sido excluidos de Europa. Y es que la injerencia para anular los resultados de una votación es considerada tan natural por los burócratas de la Comisión, que el ex comisario europeo Thierry Breton admitió en una entrevista televisiva que el Tribunal Constitucional rumano se había visto condicionado en su decisión de anular las elecciones presidenciales por presiones de la UE. Y no son sólo palabras: los eurócratas no van a permitir que quien cuestione sus planes salga elegido, aunque cuente con el apoyo de la mayoría de los votantes de su país. Va quedando claro a qué se refieren cuando hablan de «valores europeos».
Imposición de la ideología de género
Otra imposición más por parte de los poderes estatales que cada vez se está haciendo más omnipresente a escala mundial es la denominada ideología de género, conjunto sistemático de ideas que, manipulando una vez más el lenguaje, reniega de...