La editorial Palabra, en su colección de Bolsillo nos ofrece un librito de unas cien páginas, como corresponde a esta colección, que se presenta como un estudio sobre la figura bíblica del Anticristo en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia. Es un libro que no necesita mucha introducción, pues el propio título y la reseña de contraportada dejan las cosas bastante claras: ¿qué sabemos del Anticristo? y ¿qué implica esto para mi vida? Con un estilo sencillo y directo va tratando el tema, sin grandes complicaciones ni pretensiones, facilitando una lectura ágil con mucha información bien ordenada.
Pero la finalidad de este «estudio» no es erudita o netamente teológica. En la misma contraportada ya se entiende que la finalidad es más bien espiritual: quiere mostrar algunos de los «enemigos» que hoy encuentra un cristiano que quiera vivir a fondo su fe.
La primera parte sí parece querer mantener un tono más de búsqueda sobre la figura del Anticristo en las fuentes de la Tradición cristiana, y parte desde la imagen de un famoso fresco de Luca Signorelli «El sermón y las obras del Anticristo» (la verdad es que habría sido un detalle editorial que la imagen apareciera en el libro, ya que comenta muchos detalles, y al final… Internet). Recoge también los pasajes bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento en que aparece esta figura, como un único personaje o como los «anticristos» de los que habla san Juan en sus cartas.
Y, en seguida, plantea la gran disyuntiva interpretativa que va unida al subtítulo de la obra: «¿Mito o profecía?». La disyuntiva del Anticristo como un ser único y personal o como una denominación genérica de diversos males que acechan a la Iglesia, que pueden ir desde las persecuciones de los romanos a las diversas herejías.
Los autores no quieren hacer una elección más o menos justificada, sino que dejan que el lector concluya por él mismo. Pero el resto de la obra deja ver claramente cuál es la opción por la que se inclinan.
El mismo título de la segunda parte: «El Anticristo y la historia», y su desarrollo hacen ver por dónde va su querer, pues va presentando, de manera muy completa y ágil, los grandes males que han aquejado a la Iglesia a lo largo de los siglos: males externos como las persecuciones, o internos como las herejías. De hecho, sostiene que aquello que, según san Pablo, «retiene» la presencia del Anticristo es la ortodoxia doctrinal.
Así que el resto de la obra lo dedica a analizar los males que hoy «persiguen» a la Iglesia, más concretamente en la sociedad occidental, y que son los «anticristos» que nos alejan del único Salvador, y que engloba en «laicismo, secularismo y relativismo».
De esta manera, se viene a culminar el mencionado sentido espiritual del libro, y se plantea un combate práctico para la vida cristiana en el que se lucha por vencer a esos enemigos o anticristos, que nos alejan del amor de Dios hoy.
Por tanto, quien busque datos llamativos, escabrosos o apocalípticos sobre el Anticristo, no podrá saciar su curiosidad. Pero si lo que se busca es fortalecer la propia vida espiritual e iluminarla con algunas cuestiones de muy viva actualidad, este librito anima a lanzarse con generosidad y vigor en la vida cristiana, rescatando el «Duc in altum» de san Juan Pablo II en la carta apostólica Novo millenio ineunte. De hecho, supongo que el original italiano tiene ya algunos años, pues las últimas citas que aparecen son todas de Juan Pablo II en torno al cambio de siglo.
Sea como fuere, es una lectura sencilla, con muchos datos interesantes, y que puede animarnos a esa profundización y seriedad en el seguimiento del auténtico Cristo.
San José Moscati, médico de los pobres
El 25 de julio de 1880 nacía en Benevento, Italia, Giuseppe, séptimo hijo de una familia cristiana de militares y juristas. Su padre, Francisco, fue nombrado director de la Corte de Apelación de Nápoles en 1884. A esta ciudad...