1142. Hoy es la fiesta solemne del sacratísimo Corazón de Jesús. Durante la santa misa conocí el Corazón de Jesús: el fuego con que arde hacia nosotros y que es un mar de misericordia.
Entonces oí una voz: apóstol de mi misericordia, proclama al mundo entero mi misericordia insondable, no te desanimes por los obstáculos que encuentres proclamando mi misericordia. Estas dificultades que te hieren tan dolorosamente son necesarias para tu santificación y para demostrar que esta obra es mía. Hija mía, sé diligente en apuntar cada frase que te digo sobre mi misericordia porque están destinadas para un gran número de almas que sacarán provecho de ellas.
1146. Que los más grandes pecadores [pongan] su confianza en mi misericordia. Ellos más que nadie tienen derecho a confiar en el abismo de mi misericordia. Hija mía, escribe sobre mi misericordia para las almas afligidas. Me deleitan las almas que recurren a mi misericordia. A estas almas les concedo gracias por encima de lo que piden. No puedo castigar aún al pecador más grande si él suplica mi compasión, sino que lo justifico en mi insondable e impenetrable misericordia. Escribe: Antes de venir como juez justo abro de par en par la puerta de mi misericordia. Quien no quiere pasar por la puerta de mi misericordia, tiene que pasar por la de mi justicia…
1182. Hoy el Señor me dijo: Hija mía, deleite y complacencia mía, nada me detendrá en concederte gracias. Tu miseria no es un obstáculo para mi misericordia. Hija mía, escribe que cuanto más grande es la miseria de un alma tanto más grande es el derecho que tiene a mi misericordia e [invita] a todas las almas a confiar en el inconcebible abismo de mi misericordia, porque deseo salvarlas a todas. En la cruz, la fuente de mi misericordia fue abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a ninguna.
1190. De todas mis llagas, como de arroyos, fluye la misericordia para las almas, pero la herida de mi Corazón es la fuente de la misericordia sin límites, de esta fuente brotan todas las gracias para las almas. Me queman las llamas de compasión, deseo derramarlas sobre las almas de los hombres. Habla al mundo entero de mi misericordia.
1273. Jesús: Hija mía, ¿crees, quizá, que hayas escrito suficiente sobre mi misericordia? Lo que has escrito es apenas una gotita frente a un océano. Yo soy el amor y la Misericordia misma; no existe miseria que pueda medirse con mi misericordia, ni la miseria la agota, ya que desde el momento en que se da [mi misericordia] aumenta. El alma que confía en mi misericordia es la más feliz porque yo mismo tengo cuidado de ella.
1275. Secretaria mía, escribe que soy más generoso para los pecadores que para los justos. Por ellos he bajado a la tierra… Por ellos he derramado mi sangre; que no tengan miedo de acercarse a mí, son los que más necesitan mi misericordia.
965. Las almas mueren a pesar de mi amarga pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la fiesta de mi misericordia. Si no adoran mi misericordia, morirán para siempre.
Secretaria de mi misericordia, escribe, habla a las almas de esta gran misericordia mía, porque está cercano el día terrible, el día de mi justicia.
Diario de santa Faustina Kowalska, Editorial de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, Stockbridge, Massachussets, 2001