Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias. Esta palabra, repetida con la misma tenaz insistencia con que seguramente lo hubiera hecho el padre Ramon Orlandis, ha sido el leitmotiv que ha guiado a sus hijos espirituales en los distintos actos de celebración del centenario de Schola Cordis Iesu que tuvieron lugar el pasado mes de mayo en Barcelona.
Gracias ante todo al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo por haber suscitado en la Iglesia esta «legión de almas pequeñas, instrumentos y víctimas del Amor misericordioso de Dios». Gracias al Sagrado Corazón de Jesús por haber abierto su costado para mostrarnos ese Amor. Gracias al Corazón Inmaculado de María por las gracias derramadas y el maternal cuidado con que ha atendido Schola Cordis Iesu a lo largo de estos cien años y gracias al patriarca san José por todas las bendiciones recibidas a través de su poderoso patrocinio. Gracias a santa Margarita María de Alacoque y a san Claudio la Colombière, gracias a santo Tomás de Aquino y a san Ignacio de Loyola, gracias al «santo» padre Ramière y a santa Teresita del Niño Jesús y gracias a tantos santos que no podemos aquí nombrar.
Gracias también a Schola Cordis Iesu, especialmente de todos y cada uno de los que han sido llamados a participar de este carisma o han recibido su benéfico influjo. Gracias por el espíritu de oración y la devoción eucarística fomentada, gracias por la formación impartida, gracias por el amor al Papa y a la Iglesia promovido, gracias por las vocaciones sacerdotales y religiosas impulsadas, gracias por los testimonios de vida familiar vividos, gracias por las obras apostólicas promovidas, gracias por los sacrificios realizados, gracias por los consuelos recibidos, gracias por las amistades encontradas, gracias por la librería Balmes y gracias por la revista Cristiandad.
«Gracias, Señor, por todas estas cosas y por tantas otras que sólo tú conoces. Gracias, Señor, por tus misericordias. Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias».
Y nuestra revista, fruto natural e intrínseco de Schola Cordis Iesu, desea también unirse a esta acción de gracias haciéndose eco de la celebración de este aniversario y renovando su compromiso con el ideal que la vio nacer y que encabeza la portada de cada uno de sus números: «Al Reino de Cristo por los Corazones de Jesús y de María».
Oración y acción de gracias por las vocaciones
Como preámbulo a los actos centrales de celebración de este centenario, el miércoles 14 de mayo tuvo lugar una oración extraordinaria del grupo de madres de Schola Cordis Iesu que, bajo el patrocinio de san José, se reúnen en la parroquia de María Reina de Barcelona cada cuarto sábado de mes para rezar por las vocaciones.
La oración se centró especialmente en dar gracias al Señor por las vocaciones religiosas y sacerdotales surgidas en Schola Cordis Iesu durante estos cien años y a través de los cuales el Señor se ha hecho y se hace presente en tantos lugares.
Tras el rezo del Rosario se bendijo una nueva capilla portátil de san José en substitución de la anterior, ya muy deteriorada por los años y su uso, que es costumbre irla pasando de familia en familia para encomendar al patrono de las vocaciones que aumente el número de santos sacerdotes y religiosos, les anime y conforte en su ministerio y lo haga fecundo. El acto concluyó con la celebración eucarística
Vigilia eucarística
Coincidiendo ya con el ocaso del jueves 15 de mayo un numeroso grupo de socios y simpatizantes de Schola Cordis Iesu de toda España se congregaron en la cumbre del Tibidabo de Barcelona y a los pies del Corazón de Jesús en una vigilia eucarística para «dar gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia» (Sal 136, 1).
El acto eucarístico, presidido por monseñor Javier Vilanova, obispo auxiliar de Barcelona, tuvo lugar en la cripta del templo expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús del Tibidabo, que este año es templo jubilar como nos recordó la hermosa decoración floral colocada en el dintel de la puerta de acceso a la iglesia.
Como introducción a esta adoración de acción de gracias se leyó un texto del padre Orlandis, fundador de Schola Cordis Iesu, extractado de su escrito programático Pensamientos y ocurrencias, y del Evangelio de san Juan (Jn 6, 36-40), al que siguió un rato largo de oración dirigido por monseñor Vilanova en el que invitó a todos a dar gracias y conmovernos por la maravilla de tener al Señor realmente presente con nosotros en la Eucaristía con un Corazón que late, un Corazón vivo que genera vida.
«Quien come [mi cuerpo] –recordó monseñor Vilanova–, quien bebe [mi sangre], tendrá vida. Es la voluntad de Dios Padre, que tenga vida. Pero, claro, hermanos, ¿tener vida para qué? ¿Tener vida también para que nuestro corazón lata, esté latiendo? Hay dos formas de latir, como el mundo quiere que lata el corazón o como Dios quiere que lata al corazón. Nosotros nos hemos convencido desde siempre –y también lo sabían quienes nos han precedido en la fe y quienes iniciaron esta familia de Schola Cordis Iesu como fruto del Apostolado de la Oración– que la fuerza la tenemos si realmente late nuestro corazón según el deseo de Dios, (…) si está unido al corazón de Dios».
Tras alentar a todos los presentes a vivir apasionados con el Señor, a ser realmente místicos, monseñor Vilanova nos llamó a descubrir en esos latidos del Corazón de Jesús su gran deseo de llevar la salvación a todo el mundo y colaborar con Él en la apremiante necesidad de dar de beber a este mundo sediento de Dios. Acabó la oración agradeciendo a Schola Cordis Iesu los frutos dados durante estos cien años y exhortándonos a perseverar en nuestro carisma en bien de la Iglesia y de nuestro mundo, sirviendo a este Corazón que late, que está vivo y que quiere seguir generando vida en el corazón de muchos.
Una vez finalizado el rato de oración se realizaron distintas peticiones al Corazón de Cristo –por las familias del Schola, para que Schola pueda seguir enseñando y difundiendo el amor al Corazón de Jesús, por todos los miembros de Schola que nos han precedido y descansan ya en la paz, por todas las vocaciones de Schola y para que Dios nos conceda ser siempre hijos de la Iglesia– y monseñor Vilanova dio la bendición con el Santísimo.
Acto académico
En la tarde del día siguiente el Aula Magna del Seminario Conciliar de Barcelona fue el marco en el que se desarrolló un acto académico, presidido por mosén Emili Gil, provicario general de la archidiócesis de Barcelona, y que estuvo centrado en la presentación de tres libros publicados con ocasión de este centenario y que ofrecen una visión profunda del espíritu que anima Schola Cordis Iesu.
La doctora Mercedes Palet, tras un afectuoso saludo a mosén Emili Gil, a mosén Salvador Bacardit, rector del Seminario Conciliar de Barcelona, al señor David Fornieles, director nacional del Apostolado de la Oración, al señor Ramon Bassas, director general d’Afers Religiosos de la Generalitat de Catalunya y demás representantes y autoridades de la vida eclesial, social y académica presentes en la ceremonia, a los ponentes del acto y a todos los amigos y socios de Schola Cordis Iesu procedentes de Pamplona, San Sebastián, Bilbao, Madrid, Toledo y Chile, enmarcó esta gozosa y agradecida celebración en el deseo no sólo de recordar los inicios de Schola sino, sobre todo, en el anhelo de dar continuidad y futuro al espíritu y la intención de sus fundadores.
«Estos cien años de Schola Cordis Iesu –afirmó la doctora Palet– nos invitan a todos a dar gracias, a asumir con responsabilidad y humildad nuestro presente y a mirar el futuro con esperanza. Este centenario no es sólo una celebración, sino que quiere ser, además, una renovación de nuestro compromiso con la misión que Dios nos ha encomendado. Confiamos en que Nuestro Señor seguirá guiándonos con su gracia para que Schola Cordis Iesu continúe siendo un instrumento fecundo al servicio de la Iglesia».
Tras las palabras de bienvenida y sin más dilación, la doctora Palet dio la palabra al primero de los ponentes, don José Ignacio Orbe Jaurrieta hnssc, quien actualmente está realizando la tesis doctoral sobre el padre Ramón Orlandis y el antiliberalismo católico en España (1873-1958). Don José Ignacio presentó el primer tomo de las obras completas del padre Orlandis, invitando a los presentes a reflexionar sobre tres títulos que podrían resumir la figura del fundador de Schola, describirle biográficamente y que constituyen vetas fecundas de las que podemos extraer incalculables tesoros: discípulo de santo Tomás, hijo de san Ignacio y apóstol del Sagrado Corazón. Precisamente el libro presentado recoge todos sus escritos relacionados con esta última faceta, que es sin duda la más importante y en la que el padre Orlandis, partiendo de las revelaciones de Paray-le-Monial, fue profundizando cada vez más en las dos dimensiones que allí tienen origen y que configuran la verdadera devoción al Corazón de Jesús: el ideal del reinado social de Cristo según lo expresó el padre Ramière y el camino de infancia espiritual de santa Teresita del Niño Jesús.
Tras el padre Orbe tomó la palabra el doctor Antoni Prevosti Monclús para presentar el primer tomo de las obras completas de Jaume Bofill i Bofill, que reúne sus artículos escritos en la revista Cristiandad. El doctor Prevosti comenzó alabando la iniciativa de la publicación de las obras completas de Jaime Bofill, que junto a las del padre Ramón Orlandis (ya iniciada) y las ya publicadas de Francisco Canals Vidal y José María Petit Sullá, reflejan lo más fundamental de la fructificación intelectual de Schola Cordis Iesu y constituyen un tesoro doctrinal de primer orden ahora ya accesible a todos.
Durante su exposición Prevosti realizó un breve recorrido biográfico de la figura de Jaume Bofill, destacando especialmente tres de los rasgos más significativos de su personalidad: hijo del gran poeta catalán Jaume Bofill i Matas, con seudónimo literario de Guerau de Liost; discípulo directo y «predilecto» del padre Orlandis y uno de los fundadores de la revista Cristiandad; catedrático de Metafísica de la Universidad de Barcelona, desde cuya cátedra impulsó y dio entidad a la aún vigente y activa Escuela Tomista de Barcelona.
Acabada esta presentación el doctor José María Alsina Roca, presidente nacional de Schola Cordis Iesu, hizo un repaso por lo que ha sido la historia de Schola en estos cien años de fidelidad al carisma recibido del padre Orlandis, cien años de acontecimientos, grandes y pequeños, que ponen de manifiesto la providencia de Dios y que, testimonialmente, se han intentado recoger en el tercer libro presentado en la velada: Schola Cordis Iesu. Cien años de historia. La intervención del doctor Alsina terminó haciendo referencia a las características más significativas de la identidad de Schola Cordis Iesu, que identificó con el programa del pontificado del recientemente fallecido papa Francisco: su devoción a san José, su profundo amor a santa Teresita y su testamento espiritual, recogido en la encíclica Dilexit nos sobre el Sagrado Corazón.
Acabadas las tres intervenciones se proyectó un vídeo titulado Cien años de Providencia, en el que de forma audiovisual y con diferentes testimonios hizo reflexionar a los presentes, de un modo «hermoso, simpático y entusiasmante», sobre el pasado y el presente de Schola, «la más pequeña de las semillas del Corazón de Jesús, quien pensó para estos tiempos este carisma de almas pequeñas, desengañadas de sus fuerzas y apoyadas sólo en su Amor».
Para concluir, mosén Emili Gil agradeció cordialmente la invitación recibida para presidir este acto académico de celebración del centenario de Schola Cordis Iesu, que «desde la milenaria historia de la Iglesia pudiera parecer poco pero desde la perspectiva de la vida humana es un hito importante que nos permite ver cómo este carisma suscitado por Dios en la diócesis de Barcelona para la vida de la Iglesia se ha ido extendiendo y, con el favor de Dios, seguirá extendiéndose». Schola, afirmó mosén Gil, «ha sabido echar raíces y dar fruto a lo largo de varias generaciones. Esta legión de almas pequeñas que soñaba el padre Orlandis, encendidas en la verdadera devoción al Corazón de Jesús, ciertamente muestran un verdadero celo por la gloria de Dios y presta un servicio generoso a la vida de la Iglesia». Su intervención finalizó remarcando el entusiasmo y la profundidad con que se vive este carisma mediante la oración, la sólida formación y una entrañable convivencia familiar, y la importancia de transmitir esta herencia preciosa a las futuras generaciones. Tras agradecer el trabajo realizado a todos los que han participado en su celebración clausuró el acto deseando a todos los que hemos recibido nuestra vocación en Schola muchas felicidades y muchas fidelidades, «porque la fidelidad al don recibido por Dios en el camino personal y en las instituciones es garantía de felicidad en este mundo y en la vida eterna».
Acabado el acto académico tuvo lugar en el claustro del Seminario de Barcelona una cena de gala, presidida por monseñor David Abadías, obispo auxiliar de Barcelona, y en la que participaron más de trescientos socios y simpatizantes de Schola Cordis Iesu. Durante el postre distintos miembros de Schola expresaron mediante diferentes reflexiones personales su sentido homenaje por lo que esta asociación ha significado para sus propias vidas. La cena finalizó con las palabras de monseñor Abadías, que también animó a Schola Cordis Iesu a permanecer fiel al carisma recibido del padre Orlandis y compartió un cariñoso mensaje del cardenal Omella, cuya asistencia excusó por hallarse en Roma para participar en la celebración eucarística por el inicio del ministerio petrino del papa León XIV.
Misa de acción de gracias
El sábado 17 de mayo por la tarde y en una celebración con un carácter más familiar, más de quinientas personas participaron en una misa de conmemoración en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús que los jesuitas tienen en la calle Caspe, donde el padre Orlandis ejerció su ministerio y nació Schola Cordis Iesu. En la celebración eucarística, que contó con la presencia de una reliquia de santa Teresita, y fue presidida por mosén Xavier Prevosti, consiliario de la asociación, concelebraron numerosos sacerdotes y acudieron representantes de varios movimientos eclesiales de la diócesis.
Durante la homilía y tomando pie de los escritos de santa Teresita, mosén Prevosti concretó el objetivo de esta celebración en el deseo de cantar las misericordias del Señor en todos estos años y darle gracias por tantos detalles que ha tenido con cada uno de los presentes. «¿Quién los puede resumir? ¿Quién los puede abarcar?». Y para ello propuso, como propone san Ignacio a los ejercitantes en el coloquio de amor con Cristo crucificado, el preguntarse colectivamente como asociación: «¿Qué hemos hecho por Cristo? ¿Qué hacemos por Cristo? ¿Qué debemos hacer por Cristo?».
Respecto a la primera pregunta, mosén Prevosti sugirió reflexionar sobre cierta impronta carmelitana que podemos descubrir en Schola Cordis Iesu, cierto carisma de estar oculta y ser poca cosa humanamente hablando –«Hemos hecho poco»– para dejarse querer por el Señor y que Él pueda actuar a través de ella –«pero el Señor ha hecho mucho»–. A continuación, y para valorar lo que hace Schola por Dios y por la Iglesia mosén Prevosti recordó, como un programa a tener siempre presente, los tres palabras que repetía con insistente reiteración el padre Orlandis: «piedad», [estar] «aquí» y «colaborad». Para concluir y pensando en lo que Schola debe hacer por Cristo en el futuro nos alentó a todos a soñar y, sobre todo, a cantar eternamente las misericordias del Señor añadiendo a las tres palabras-consigna del padre Orlandis una cuarta: «gracias».
Tras la homilía y dando comienzo a la liturgia eucarística, algunos miembros de Schola presentaron al Señor, junto al pan y el vino, diferentes frutos espirituales y apostólicos de los cien años de vida de la asociación: la revista Cristiandad, la formación ofrecida, el carisma de la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, el libro de socios y las vocaciones suscitadas. Para acabar la celebración Schola Cordis Iesu renovó su consagración al Inmaculado Corazón de María y el coro entonó el himno de Schola, expresamente compuesto para este centenario.
Finalizada la santa misa la celebración continuó en los jardines de la parroquia de María Reina, donde se sirvió una cena preparada por las familias de Schola y se pudo conversar, compartir las experiencias de estos días tan emotivos y cantarle a Schola Cordis Iesu su «cumpleaños feliz».
El centenario de los niños
Cada sábado la catequesis impartida por Schola Cordis Iesu en la parroquia de María Reina de Barcelona reúne más de doscientos niños repartidos por edades en catorce grupos. Con el fin de que también los niños participaran en primera persona de la alegría y acción de gracias por este centenario de Schola se aprovechó el sábado 31 de mayo, fiesta de la patrona principal de la Hermandad de Hijos de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, para organizar una jornada festiva en la que se invitó a los hermanos José y María Valeria Olguín, miembros del grupo Valiván, para que amenizaran la tarde con su espectáculo de títeres. «Renata y Leopoldo» asombraron e hicieron reír a los niños, mientras les transmitían el inmenso amor que Dios les tiene y la alegría que da poner al Señor en el centro de sus vidas y a los catequistas, la importancia de hacerse como niños para entrar en el Reino de los Cielos. Tras la actuación, los niños participaron en distintos juegos y rezaron el rosario por los jardines de la parroquia.
Peregrinación a Paray-le-Monial
Finalmente y como acto culminante de este centenario, más de setecientos socios y simpatizantes de Schola Cordis Iesu tienen previsto peregrinar hasta Paray-le-Monial del 3 al 6 de agosto, uniéndose de esta manera a la celebración de los 350 años de las apariciones del Corazón de Jesús a santa Margarita María de Alacoque, «manifestación al mundo del Sagrado Corazón, de sus íntimos pensamientos, afectos y designios y de los tesoros de gracias, de santificación y salvación que encierra y quiere derramar sobre los hombres».











