La familia es un centro de amor, […] capaz de resistir a los embates de la manipulación y de la dominación de los centros de poder mundanos. […] Las relaciones basadas en el amor fiel, hasta la muerte, como el matrimonio, la paternidad, la filiación o la hermandad, se aprenden y se viven en el núcleo familiar. […] No es posible formar parte de un pueblo […] si en el corazón del hombre están fracturadas estas relaciones básicas, que le ofrecen seguridad en su apertura a los demás.
El matrimonio responde a una vocación específica y debe considerarse como una consagración: el hombre y la mujer son consagrados en su amor. […] Aconsejo siempre a los esposos: no terminar la jornada en la que habéis peleado sin hacer las paces. ¡Siempre.
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