El cristiano debe dar su testimonio frente a las «colonizaciones ideológicas y culturales» que suenan como verdaderas y propias «blasfemias» y suscitan «persecuciones» furiosas. Introduciendo «novedades» malas, hasta llegar a considerar normal «matar a niños» o perpetra «genocidios» para «anular las diferencias», tratando de hacer «limpieza» de Dios con la idea de ser «modernos» y al compás de los tiempos. (Misa matutina en la capilla de la domus sanctae marthae, 21 de noviembre de 2017)
El aborto y la eutanasia degradan la civilización humana
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