El pasado viernes 16 de junio Colombia renovó un año más, como viene haciendo desde 1902, su consagración al Sagrado Corazón de Jesús. Toda la Iglesia católica, desde las diferentes regiones del país, se unió a este importante momento en una jornada de oración a través de la cual obispos, sacerdotes, consagrados y fi eles laicos pidieron a Cristo, de manera especial, justicia, verdad, paz,
amor y reconciliación para la nación colombiana.
A primera hora de la mañana los fi eles se reunieron ya en la Catedral Primada de Colombia para participar en una Hora Santa de adoración y reparación, satisfaciendo así el deseo manifestado por el Sagrado Corazón a santa Margarita María de Alacoque.
Tras la adoración eucarística, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), presidió la Santa Misa, en la que encomendó todas las familias y a los integrantes de los diversos sectores de la vida nacional y oró por la superación de los flagelos que azotan el país, entre ellos: la violencia, el narcotráfico, la corrupción y la pobreza; pidió, además, por la vida, la reconciliación y la paz del país.
«No podemos seguir viviendo a la defensiva. Colombia –enfatizó monseñor Rueda– sí tiene futuro en Cristo Jesús. (…) Ésta es una llamada a todos a volver a Jesús; en Él está la verdad, la paz, la reconciliación. En Él se renueva la esperanza».
Acabada la misa, monseñor Rueda leyó la siguiente consagración:
«Señor Jesús, Redentor y Salvador nuestro, venimos ante ti en este día de acción de gracias. Tuyos somos y tuyos queremos ser. Y para manifestar públicamente nuestra fi delidad queremos renovar hoy nuestra consagración a ti, esa consagración que hicimos el día de nuestro bautismo. Sabemos que muchos no te han conocido; otros han rechazado tu Evangelio o algunos han renegado de ti. Te pedimos que con la fuerza de tu Espíritu los atraigas a todos al amor del Padre, manifestado en tu Sagrado Corazón. Señor, ejerce tu reinado de amor no solo sobre aquellos que nunca se han alejado de Ti sino también sobre aquellos que te han abandonado. Haz que todos volvamos como el hijo pródigo a la casa paterna. Mira, Señor, con amor a nuestra amada patria, Colombia. Te la consagramos. Tú sabes que la amenazan y afectan la maldad, el odio, la violencia y la desigualdad. Tú sabes que la idolatría de la riqueza y las tinieblas de la mentira han ahogado la verdad y la justicia. Te consagramos, Señor, nuestras familias, fundamento de la sociedad y de la Iglesia. Reanima nuestros hogares para que sean auténticas comunidades cristianas por la fe, la oración y el testimonio. Que llegue a nosotros tu Reino, el reino de la verdad, de la vida, de la justicia, del amor y de la paz. Y, renovada nuestra consagración a ti, guárdanos en tu Corazón y únenos a tu amor para permanecer
bajo tu custodia por los siglos de los siglos. Amén.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío! ¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío! ¡Sagrado
Corazón de Jesús, en Vos confío!».