»(…) Teniendo en cuenta la comunión de fe e historia entre Polonia y Alemania, quisiera expresar mi profunda preocupación y angustia por la información que se ha recibido recientemente de algunos ámbitos de la Iglesia católica en Alemania.
»(…) Como pastores de la Iglesia, somos conscientes de que en el mundo se libra una batalla espiritual.
»(…) Una de las tentaciones en la Iglesia de hoy es comparar constantemente la enseñanza de Jesús con los desarrollos actuales de la psicología y las ciencias sociales. Si algo en el Evangelio no está de acuerdo con el estado actual del conocimiento de estas ciencias, los discípulos, queriendo salvar al Maestro de ser comprometido a los ojos de sus contemporáneos, tratan de “actualizar” el Evangelio. La tentación de “modernizar” concierne de manera particular al ámbito de la identidad sexual. Sin embargo, se olvida que el estado del conocimiento científico cambia con frecuencia y a veces de forma espectacular, por ejemplo, debido a cambios de paradigma. (…) Algunos errores científicos han tenido consecuencias dramáticas.
»Soy consciente de que los católicos viven actualmente bajo la presión de la opinión pública, lo que hace que muchos de ellos sufran una especie de complejo de inferioridad. (…) El papa Francisco, en un discurso al personal de la Curia romana, enfatizó que hoy en Europa ya no vivimos en un “sistema cristiano”. (…) Una fuente importante de este cambio en el Viejo Continente es “una profunda crisis de fe que ha afectado a muchas personas”. La fe “ya no es un presupuesto evidente de la vida social; de hecho, la fe es a menudo rechazada, ridiculizada, marginada y ridiculizada”.
»(…) Fieles a la enseñanza de la Iglesia, no debemos ceder a las presiones del mundo ni a los patrones de la cultura dominante, ya que esto puede conducir a la corrupción moral y espiritual. Evitemos la repetición de consignas gastadas y demandas estándar como la abolición del celibato, el sacerdocio de la mujer, la comunión de los divorciados y la bendición de las uniones del mismo sexo.
»(…) La crisis de la Iglesia en Europa hoy es ante todo una crisis de fe. Para hablar de Dios, primero debemos hablar con Dios que vive en lo profundo de nuestro corazón, donde saboreamos la verdad. La crisis de fe es una de las razones por las que la Iglesia experimenta dificultades a la hora de proclamar una doctrina teológica y moral clara.
»(…) Tenemos la tarea de encontrar formas efectivas de llamar a las personas a la conversión. De esto también trata la misericordia de Dios. (…) Sé que estás profundamente preocupado por el destino del redil que se te ha confiado y que deseas que ninguna de las ovejas se descarríe. (…) “Saquen sus fuerzas del Señor y de su gran poder. Vestíos de la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las tácticas del diablo. Porque nuestra lucha no es con sangre y carne, sino con los principados, con las potestades, con los gobernantes de este mundo de las tinieblas presentes, con los espíritus malignos” (…) (Ef 6, 10-20)».
Marcelo Van y Manuel Foderà
Si los mártires son testigos privilegiados de la fe, no lo son menos de la esperanza. Así lo señalaba el pasado verano el papa Francisco en las audiencias que dedicó a reflexionar sobre la santidad. Y rogaba también...
