A raíz del anuncio de una propuesta de ley en España que busca poder encarcelar a quienes intenten hablar con mujeres que van a abortar para disuadirlas de hacerlo, Alonso Pinto ha escrito en la Revista Hispánica una carta a sus futuros carceleros de la que extraemos algunos fragmentos:
«Hace dos mil años que los cristianos aparecimos en este mundo contra vuestro deseo, y desde entonces todavía no habéis aprendido quiénes somos… Desde aquellos primeros tiempos de la Iglesia, en que sin ningún tipo de poder ni influencia temporal nos impusimos a la pujanza de un imperio que se propuso destruirnos, ningún otro obstáculo ni ataque ha sido capaz de doblegarnos, y esa primera victoria entre una tan alta probabilidad de derrota ha sido a la vez una profecía que se ha cumplido en varios momentos posteriores de la historia.
Las famosas palabras de Tertuliano: «la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos», no sólo son sublimes por su indudable mérito poético, sino porque encierran una verdad difícil de sintetizar con tal precisión.
Sin duda que debió ser un hecho extraordinario y que no dejaría a nadie indiferente en aquel tiempo, el ver cómo los cristianos tanto más se multiplicaban cuanto más eran asesinados, tanto más numerosos eran en las calles cuanto más eran encerrados en cárceles, y que su pureza y tesón aumentaban en proporción a la violencia y la crueldad que se ejercían contra ellos.
Pero ni aquel increíble acontecimiento sin ejemplo en la historia, ni las sucesivas muestras de que no fue un caso fortuito, sino una consecuencia del origen sobrenatural de nuestra religión, han bastado para que aprendáis la lección.
[…] Ahora pensáis en encarcelar a todos los que nos opongamos al aborto y a quienes intentemos disuadir pacíficamente a las mujeres que quieren acabar con la vida de sus hijos, y, como la mayoría de quienes nos oponemos a ello somos cristianos, no puedo evitar preguntar: ¿qué inaudita ceguera os hace pensar que la cárcel es para nosotros un elemento disuasorio? ¿Tenéis algún ejemplo en la historia de tamaña claudicación por nuestra parte?
Sólo a un gobierno que ha dado tantas muestras de imprevisión, que ha manifestado tantas veces no saber predecir las consecuencias de sus actos, que no ha sabido gestionar una crisis sanitaria, que ha representado más veces a la mentira que al pueblo, y que ha incumplido todas las promesas con las que había llegado al poder; sólo a un gobierno así puede habérsele ocurrido que era buena idea amenazar a los cristianos con la cárcel, haciendo abstracción de los ejemplos de la historia que demuestran que no hay nada más contraproducente para silenciarnos.
Estamos dispuestos a defender la vida sacrificando la nuestra. Estamos dispuestos a ser condenados como culpables por defender la inocencia. Mientras tengamos espacio para arrodillarnos, ningún lugar nos parecerá demasiado oscuro ni ninguna falta de libertad demasiado duradera. Ya morimos una vez por defender la Verdad y la Vida, y no nos atemoriza volver a hacerlo ahora.
[…] Habituados a la abstinencia, el hecho de que nos despojéis de nuestros bienes con multas tan sólo hará que cumplamos por necesidad la austeridad que cumplimos ahora por disciplina. Habituados a la clandestinidad por vuestra persecución, a la paciencia por vuestras burlas, al coraje por vuestro asedio, vosotros mismos habéis favorecido en nosotros los medios y virtudes para resistiros. Ampliad las cárceles que ya existen, construid otras nuevas para darnos cabida, y yo os adelanto, sin ninguna necesidad de poseer el don de profecía, que jamás habréis visto tantos cristianos en las calles. El castigo por vuestro error será ver a vuestros nietos católicos».
«Santa Joaquina de Vedruna, el servicio heroico de la caridad»
La labor de santa Joaquina de Vedruna sta mujer que vivió entregada a Dios, a su familia y al servicio heroico de la caridad constituye un vivo ejemplo y testimonio para el hombre de hoy. Santa Joaquina nació en...