Hace 75 años la revista Cristiandad centraba su número en torno a la figura del papa Gregorio XVI y las circunstancias históricas que motivaron la publicación una de las encíclicas más controvertidas de su pontificado, la encíclica Mirari Vos (1832).
Tras la Revolución Francesa de 1789, nuevos aires revolucionarios se extendían por toda Eu- ropa enarbolando, una vez más, la bandera de la libertad. En Francia, un grupo de católicos (Lammenais, Montalambert y Lacordaire) fundaron el periódico «L’Avenir», con el subtítulo de «Dios y Libertad», asumiendo las tesis del liberalismo. En él defendían proponían un catolicismo purificado basado en:
«Libertad de conciencia y de enseñanza, libertad de prensa, de asociación, libertades civiles y políticas, libertad de trabajo y de industria, tales son nuestros derechos naturales y adquiridos» (L’Avenir 1830).
Estas palabras, escritas por su fundador Lammenais, podrían parecer del todo aceptables a pri- mera instancia, más en el fondo, escondían la aceptación de los principios liberales, y en torno a sus ideas, se fueron creando lo que posteriormente se denominaron los partidos católico-liberales.
En la carta que por encargo del papa Gregorio XVI, envió el cardenal Pacca desde la Santa Sede a Lammenais le advertía del error de sus doctrinas: «pues, aunque en ciertas circunstancias la prudencia exige que se las tolere como mal menor, tales doctrinas nunca pueden ser presenta- das por un católico como un bien o una cosa de desear». Es aquí donde se encontraba el punto central del error de aquellas doctrinas aparentemente defensoras de la libertad de la Iglesia. El ideal desaparecía y el mal menor era presentado, no como aquella circunstancia histórica con- creta que se debía tolerar, sino como un nuevo ideal cristiano purificado.
Recogemos a continuación unos extractos de aquella luminosa encíclica de Gregorio XVI, en la que de manera admirable expone los principales errores de las doctrinas liberales que, tanto en aquella época revolucionaria, como en la actual de aparente paz, estaban comenzado a ser propuestas por los católicos, como los «nuevos ideales» a conseguir en la sociedad moderna.
Encíclica sobre los principales errores de su tiempo.
Gregorio XVI, «Mirari Vos»