Los orígenes de la iglesia de San José se remontan al período posterior a la muerte de Stalin. En 1953 algunos sacerdotes liberados de los campos de concentración llegaron a la ciudad de Karaganda (Kazajistán) donde continuaron su ministerio de forma clandestina, ya que el culto religioso se hallaba prohibido en la República Socialista Soviética de Kazajistán. A ellos acudieron enseguida de regiones lejanas fieles deseosos de recibir los Santos Sacramentos, poniendo de manifiesto la necesidad de construir una iglesia para acogerlos.
Entre los promotores de la misma merece una mención especial el obispo greco-católico Alexander Khira (1897-1983). Su divisa era: «¡Nunca pierdas la esperanza de conseguir tu iglesia, solo sigue molestando
a las autoridades con tus solicitudes de permiso para construir!». Y gracias a la perseverancia de muchos
católicos, el 28 de enero de 1977 el Señor produjo el milagro y las autoridades dieron el permiso para registrar la parroquia de la comunidad católica romana de Karaganda (una de las primeras registradas en dicho país bajo las autoridades comunistas) y el 19 de marzo de 1977, fiesta de san José, se celebró oficialmente por primera vez la santa misa en una casa-refugio subterránea existente en los terrenos en que estaba previsto construir la nueva iglesia. El mes de noviembre de aquel año se colocaron ya los cimientos de la parroquia y el celo inquebrantable de los fieles permitió que en menos de un año, el 8 de septiembre de 1978, se celebrara la primera misa en la recién construida iglesia de san José, con cabida para mil personas. En el exterior, el edificio tenía todo el aspecto de una casa corriente, ya que por orden de la administración no se permitía que el edificio exhibiera ningún símbolo religioso. El 29 de junio de 1980 monseñor Khira la consagró solemnemente.
Ahora, con motivo del cuadragésimo aniversario de su consagración, el papa Francisco le ha concedido
el título de basílica menor a petición de su obispos, monseñor Adelio Dell’Oro.
«El título de basílica menor otorgado a la iglesia de san José en Karaganda es un reconocimiento muy importante para los católicos de Kazajistán –afirmó a la agencia Fides monseñor Dell’Oro–. Es un verdadero santuario: muchos van allí en peregrinación porque en su interior están las reliquias del sacerdote mártir del comunismo Vladislav Bukovinskyin. Además, aquí se encuentran las raíces de la presencia católica kazaja durante las décadas de represión comunista soviética, cuando no era posible profesar la propia fe. Además, la asignación del título de basílica menor, que es reconocible desde el exterior por la insignia pontificia en el portal de la entrada, tiene como objetivo fortalecer el vínculo de esta iglesia con el obispo de Roma».
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