Las elecciones generales de mayo de 2019 en la India se han saldado con la holgada victoria del líder nacionalista hindú Narendra Modi, una noticia preocupante para la cada vez más discriminada minoría católica. Con el 65% de los votos sobre un censo de 900 millones, Modi y su Bharatiya Janata Party (BJP) han demostrado que tienen el apoyo de la mayoría de la población india. Si en las anteriores elecciones Modi había obtenido la victoria presentándose como el adalid de la reforma económica, en esta ocasión su partido se ha centrado en el fortalecimiento de la identidad india, que consideran esencialmente hindú.
Agresiones y leyes contra los cristianos
Los cristianos en la India son solamente el 2,3% de la población, aunque tienen un papel social más importante que el que se deriva meramente de su número gracias a sus prestigiosas escuelas y hospitales. El sentimiento anticristiano no es ninguna novedad, pero se ha intensificado durante los últimos años, en especial desde la llegada al poder de los nacionalistas hindúes en 2014. Este fenómeno ha provocado una creciente hostilidad, que incluso se traduce en agresiones físicas, y la aprobación de leyes que limitan la libertad para practicar la religión.
Las cada vez más comunes agresiones contra las minorías han sido animadas y justificadas por el movimiento Hindutva, que aspira a purgar la India de cualquier influencia no hindú para, de este modo, construir una nación hindú pura. El BJP es la rama política del movimiento que, resulta obvio, considera que los cristianos no tienen cabida en su noción de lo que debería ser la India.
En cuanto a las leyes restrictivas, un ejemplo es la introducida el año pasado en el estado de Uttarakhand por el BJP en el gobierno. Se trata del décimo estado de la India en aprobar una «ley anti conversión», que pone trabas a la conversión a otras religiones que no sea la hindú. En concreto, si un hindú quiere adoptar otra fe, debe inscribirse en un registro oficial con anterioridad. Algunas de estas leyes, las más radicales, exigen que cualquier sacerdote que pretenda aceptar a un hindú en la Iglesia católica debe también registrarse previamente en un registro oficial.
India como Paquistán, el país de los puros
Separada de Paquistán desde su independencia, la India parecía seguir un camino diverso de su vecino musulmán, el país de los puros, donde los no musulmanes sufren persecución y discriminación. Pero los últimos años, con el creciente nacionalismo hindú y, de su mano, las restricciones cada vez más fuertes hacia quienes no son de religión hindú, están provocando que la India se asemeje cada vez más a Paquistán, convirtiéndose en un país sólo para los puros, sólo que en esta ocasión no musulmán, sino hindú. En cualquier caso, los cristianos no tienen sitio ni en uno ni en otro.