Quisiera resumir estas ideas con algunas palabras de santa Teresa del Niño Jesús, a quien recordamos hoy. Ella nos señala su «pequeño camino» hacia Dios, «el abandono del niñito que se duerme sin miedo en brazos de su padre», porque «Jesús no pide grandes hazañas, sino únicamente abandono y gratitud» (Manuscritos autobiográficos, Manuscrito B). Lamentablemente –como escribía entonces y ocurre también hoy–, Dios encuentra «pocos corazones que se entreguen a Él sin reservas, que comprendan toda la ternura de su amor infinito» (ibíd.). La joven santa y doctora de la Iglesia, por el contrario, era experta en la «ciencia del Amor» (ibíd.), y nos enseña que «la caridad perfecta consiste en soportar los defectos de los demás, en no extrañarse de sus debilidades, en edificarse de los más pequeños actos de virtud que les veamos practicar»; nos recuerda también que «la caridad no debe quedarse encerrada en el fondo del corazón» (Manuscrito C). Pidamos hoy, todos juntos, la gracia de un corazón sencillo, que cree y vive en la fuerza bondadosa del amor, pidamos vivir con serena y total confianza en la misericordia de Dios.
Francisco: de la homilía del Papa en la misa
del estadio M. Meshki de Tbilisi (Georgia)
1 de octubre de 2016