El pasado 15 de marzo se cumplieron cinco años del comienzo de la guerra civil en Siria. Esta guerra ha provocado casi ocho millones de desplazados internos, y cerca de cuatro millones de refugiados, según datos de ACNUR. Un drama humanitario sin precedentes desde la segunda guerra mundial. Lo que significa que uno de cada cinco sirios ya no vive en su hogar y se han producido 470.000 muertes, según el Centro Sirio de Investigación Política.
Acompañando a todas estas personas ha estado desde el origen de la contienda la Iglesia católica. La fundación de la Santa Sede Ayuda a la Iglesia Necesitada a nivel internacional se ha volcado para proporcionar ayuda y sostenimiento a todas las comunidades. En el año 2015, el apoyo enviado ha sido por un total de 3.738.000 euros.
Testimonios desde la guerra
Las calles de Homs están inquietantemente silenciosas. Esta ciudad, que ha presenciado uno de los enfrentamientos más feroces en Siria, presenta una escena de devastación total: ventanas hechas añicos, cúmulos de escombros y muros recubiertos de agujeros provocados por las balas. Sin embargo, a pesar de un asedio que dura más de cuatro años, el corazón de la ciudad sigue latiendo.
En el laberinto de las calles del casco antiguo de Homs, el padre Jihad está a cargo de dos iglesias: la gravemente dañada de San Marón y la de San Charbel. El trayecto entre ambas es muy peligroso, de hecho el padre Jihad se ha librado por poco de la explosión de una bomba cuando iba al encuentro con los delegados de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Gracias al apoyo de esta institución, el padre Jihad puede ofrecer alojamiento y calefacción a decenas de familias para que empiecen de cero.
«Llevo ahora 33 años trabajando como sacerdote», nos dijo el padre Jihad, «pero sólo cuando llegué a Homs entendí realmente lo que significa celebrar la Misa».
“«La respuesta a esta guerra es la Eucaristía: partir el pan y dar lo poco que tenemos a los que no tienen nada. Los belicistas, por definición, no comparten, pero en la Eucaristía damos gracias a Dios por ofrecernos la oportunidad de compartir su amor con los que están tan apremiantemente necesitados de él».
Los ángeles de la misericordia de Alepo
La hermana Annie Demerjian, religiosa de Jesús María, dirige un equipo de voluntarios que distribuye y financia combustible, electricidad, víveres, medicinas y alojamiento para los habitantes de Alepo, en el corazón del conflicto sirio. Desafiando a las bombas y a los francotiradores, este equipo ha identificado más de 550 hogares en su intento de llegar a los más necesitados de una ciudad rodeada por grupos extremistas.
El DAESH (mal llamado Estado Islámico) ha cortado el abastecimiento de agua, y el suministro de electricidad está en manos del Frente Al-Nusra. La mayoría de la gente no puede pagar los gastos básicos debido a una inflación galopante. No obstante, gracias a la Hna. Annie y su equipo, ha sido posible: pagar la electricidad de ochocientos hogares, distribuir 5.000 pijamas, entregar 2.500 pares de zapatos, distribuir 7.200 abrigos y jerséis, y entregar regalos de Navidad y Pascua a niños: juegos, dulces y artículos devocionales.
Mientras la violencia y la miseria van en aumento en Alepo, la Hna. Annie ha pedido a AIN que provea bonos para agua corriente y paquetes de artículos de primera necesidad (víveres, productos de aseo como jabón, champú, cepillos de dientes, entre otros), así como ayudas para pagar los alquileres.
La Hna. Annie afirma: «Si vierais Alepo, os entrarían ganas de llorar, pues gran parte de la ciudad está destruida. Si AIN no ayudara a estas personas, ¿quién sabe qué ocurriría? Realmente, AIN está ayudándonos a obrar milagros, pues no es fácil distribuir comida y mantener así con vida a 300 familias».
La ayuda continúa
El director de AIN en España, Javier Menéndez Ros, asegura en este aniversario que «los cristianos en estos países con dificultad están probados en la fe, pero nosotros en Occidente somos probados en la caridad».
Entre los proyectos que actualmente está sosteniendo AIN se encuentran:
– Ropa y calzado, víveres y objetos de aseo para 250 huérfanos de Homs y cercanías.
– Apoyo a las religiosas evacuadas a Zeidal.
– Jabón y otros productos sanitarios para cuatrocientas treinta viudas de la archidiócesis de Homs.
– Nueva escuela para novecientos cincuenta alumnos cuyas antiguas escuelas han sido destruidas por las bombas.
– Estipendios de misa para sacerdotes católicos sirios de Homs y apoyo a seis seminaristas.
– Alojamiento, víveres, medicinas, ropa, calefacción y electricidad para cinco mil personas asistidas por la hermana Annie en Alepo.