Acabamos de señalar la vinculación de la desastrosa política estadounidense impulsada por Barack Obama en Oriente Medio con la avalancha de «refugiados» que pretenden instalarse en Europa. No se trata de un juicio sin fundamento, al contrario, se podrían aportar numerosos datos al respecto. Baste por el momento con lo reportado en el New York Times del pasado 17 de septiembre. La información, que firma Helene Cooper, dice así: «Solo cuatro o cinco individuos sirios entrenados por militares estadounidenses para enfrentarse al Estado Islámico continúan combatiendo, explicó el jefe del Comando Central de los Estados Unidos a una comisión del Senado, una descarnada confesión de que los 500 millones de dólares del programa del Departamento de Defensa para crear un ejército de sirios que combatieran al Estado Islámico se han esfumado. El general Lloyd J. Austin III, máximo comandante norteamericano en Oriente Medio, también reconoció que los Estados Unidos no conseguirían su objetivo de entrenar a 5.400 sirios en un futuro inmediato».
El fracaso es pues estrepitoso, de una dimensión difícil de imaginar: de más de cinco mil han quedado cuatro o, en el mejor de los casos, cinco: quinientos millones de dólares se han evaporado (o mejor, han ido a parar a manos del Estado Islámico, del Frente Al Nusra o de señores de la guerra locales). Un «éxito» más a sumar a la larga estela de esa nulidad internacional que responde al nombre de Barack Obama.
Primeros reveses de Donald Trump
Como era de esperar, todas las miradas en el inicio de este año 2017 han estado atentas al arranque de la administración Trump. Aunque es pronto para elaborar juicios definitivos, sí podemos observar la evolución de los principales «campos...