Para los filósofos, y especialmente para los filósofos y teólogos tomistas, el nombre del papa León XIII se asocia automáticamente a un hito de primera importancia en la historia del tomismo, de influencia decisiva para el auge posterior de esta escuela de pensamiento. La publicación el 4 de agosto de 1879, año segundo de su pontificado, de su encíclica Aeterni Patris, sobre la restauración de la filosofía cristiana conforme a la doctrina de santo Tomás de Aquino, fue como una llamada del pastor, que puso en marcha el rebaño, hasta entonces distraído y disperso, hacia los pastos abundantes, pero casi abandonados, del pensamiento de santo Tomás y tuvo como efecto un movimiento inaudito de renovación del tomismo, que contempló un florecimiento espléndido en el siglo xx. Así, la publicación de la Aeterni Patris de León XIII constituye el hecho de referencia para la eclosión de la llamada «neoescolástica» en general y, en particular, del «neotomismo».
Los inicios de recuperación del tomismo
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