El papa Francisco, a lo largo de sus trece años en la sede petrina, ha realizado el mayor número de canonizaciones de la historia: 942 santos, además de los 1508 beatificados. Entre los canonizados hallamos grandes grupos de mártires, numerosas vírgenes religiosas y fundadoras, gran cantidad de sacerdotes y misioneros, e incluso tres papas: Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II.
Francisco, en la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate en el 2018, quiso hacer «resonar una vez más el llamamiento a la santidad (…) sobre todo el llamamiento a la santidad que el Señor hace a cada uno de nosotros» (GE, 2.10). Este deseo se ve profundamente reflejado en lo variado de las canonizaciones. Santos grandes y pequeños, muy conocidos algunos, otros más desconocidos quizá, sin embargo, todos ellos identificados con Jesucristo. Pues «en el fondo la santidad no es otra cosa que vivir con Él los misterios de su vida (…) en asociarse a la muerte y resurrección del Señor» (GE, 20), también a su vida oculta en Nazareth.
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