El Cura de Ars es un modelo de celo sacerdotal para todos los pastores. El secreto de su generosidad se encuentra sin duda alguna en su amor a Dios, vivido sin límites, en respuesta constante al amor manifestado en Cristo crucificado. En ello funda su deseo de hacer todas las cosas para salvar las almas rescatadas por Cristo a tan gran precio y encaminarlas hacia el amor de Dios. Recordemos una de aquellas frases lapidarias cuyo secreto bien conocía: «El sacerdocio es el amor del Corazón de Jesús». En sus sermones y catequesis se refería siempre a este amor: «Oh, Dios mío, prefiero morir amándoos que vivir un solo instante sin amaros…»
(…) Amados hermanos sacerdotes, alimentados por el Concilio Vaticano II, que felizmente ha situado la consagración del sacerdote en el marco de su misión pastoral, busquemos el dinamismo de nuestro celo pastoral, con san Juan María Vianney, en el Corazón de Jesús, en su amor por las almas. Si no acudimos a la misma fuente, nuestro ministerio correrá el riesgo de dar muy pocos frutos.
Carta del Santo Padre Juan Pablo II a los sacerdotes
con ocasión del Jueves Santo de 1986