Julio Llorente ha entrevistado para Voz Populi a William T. Cavanaugh, el autor de Migraciones de lo sagrado. Frente a quienes opinan que la religión se ha esfumado de las modernas sociedades occidentales, Cavanaugh sostiene que la religión no ha desaparecido: estrictamente hablando, afirma, la secularización entendida como separación entre los ámbitos sociopolítico y teológico nunca ha existido. Lo que realmente ha presenciado la modernidad, argumenta Cavanaugh, ha sido la transferencia de lo sagrado desde la Iglesia hasta el Estado-nación. En otras palabras, la secularización no es secularización, sino idolatría.
A la pregunta del entrevistador sobre el sentido del título de su libro, Cavanaugh responde:
«Tomo prestada la frase del historiador John Bossy, que la emplea para describir cómo lo sagrado se traslada desde la Iglesia hasta el Estado en la modernidad temprana. A mi modo de ver, más que de secularización, debemos hablar de una migración de lo sagrado desde la Cristiandad hasta el mercado, el Estado-nación, las celebridades, etc. Lo dijo el novelista David Foster Wallace: «En las trincheras cotidianas de la vida adulta no hay tal cosa como el ateísmo. No hay tal cosa como ausencia de adoración. Todo el mundo adora. Lo único que puede elegirse es qué adorar».
Desenmascarando los mitos maltusianos
Resulta muy clarificadora y gráfica la famosa apuesta que, en 1980, hicieron Julian Simon y Paul Ehrlich sobre la cuestión de si la Tierra tenía o no recursos naturales suficientes para sostener la creciente población mundial. Marc Vander Maas...