A propósito de la exitosa serie de Netflix, Gambito de dama, Josh Herring describe en Public Discourse
lo que califica como efecto Netflix, consistente en la sistemática normalización de las tendencias más sórdidas de la naturaleza humana: «Gambito de dama, la popular serie de Netflix, cuenta la historia de
Beth Harmon, personaje ficticio de adolescente prodigio que llega a ser Gran Maestro Internacional. Aunque la serie está basada en Gambito de dama, escrita por Walter Tevis y publicada en 1983, el escritor y director de la serie, Frank Scott, alteró la trama de tal modo que cambió de manera significativa el retrato de la protagonista.
Esta divergencia encaja con el patrón que podríamos llamar el efecto Netflix: en lugar de contar historias que reflejan la capacidad humana de ser mejor de lo que tal vez seríamos, la programación de Netflix tiende a retratar al ser humano como esclavo de sus pasiones… Estas oscuras historias ilustran un problema: uno de los creadores líderes de contenido del siglo XXI corroe el modo que tenemos de vernos como seres humanos. El tipo de “cosa” que nosotros “podríamos ser” es, en este universo narrativo, una criatura incapaz de trascender sus deseos más básicos.
Los programas que muestran este efecto Netflix cuentan historias prestando una gran atención a la trama, la caracterización, la ambientación, el vestuario, pero dando a la historia la versión más oscura de sí misma. Por favor, téngase en cuenta que al analizar este efecto, no quiero negar la validez de las historias trágicas.
Lo que quiero, en cambio, es fijar la atención al intento sistemático de revisar las historias existentes,
explotando la nostalgia de los espectadores a la vez que se añaden elementos de política identitaria a través de paréntesis pornográficos o arcos argumentales centrados en la identidad sexual.
Este tipo de narrativa, que se repite en las distintas series, crea un efecto imaginativo específico y normaliza elementos que las generaciones anteriores identificaban con el pecado, el vicio o
la obscenidad. La unidad temática de la programación de Netflix consigue que se perciban los actos sexuales homosexuales, transgénero y pornográficos como algo normal, por lo que el espectador espera que estos patrones se encuentren presentes en cualquier vida humana.
[…] Las producciones de Netflix exaltan el desarrollo de un deseo perverso o la trágica finitud de un protagonista sin esperanza. En la medida en que Netflix crea atractivas historias que conforman el modo en que los espectadores perciben el mundo, es preocupante el sesgo negativo de su narrativa.
La adaptación de Netflix de el Gambito de dama llevó la novela de Tevis a más de 62 millones de personas que, de otra manera, no habrían conocido esta historia. Pero lo hizo a costa de cambiar la historia de Beth Harmon, que ha pasado de ser una historia de triunfo humano sobre las propias tentaciones a una historia sobre la incapacidad de la protagonista para trascender el vicio».
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