De nuevo dos aniversarios son el motivo del contenido del presente número. Dos aniversarios de distinta naturaleza, nacimiento y muerte, pero referidos a dos personas unidas por un misma ministerio eclesiástico: obispos, misma dignidad eclesiástica: cardenales, y un mismo lugar geográfico: Toledo. Nos referimos al primer centenario del nacimiento del cardenal Marcelo González y al quinto centenario de la muerte del cardenal Jiménez de Cisneros ambos arzobispos de Toledo, la sede primada de España.
Para los redactores de la revista el recuerdo de Don Marcelo es sobre todo un homenaje de gratitud y admiración y como escribía Francisco Canals con ocasión de su muerte en una artículo que reproducimos en este número: «estamos ante la figura de un gran hombre de Iglesia, uno de esos miembros del episcopado de la Iglesia católica cuya tarea se hace presente universalmente en el espacio y en el tiempo. Por su presencia en Toledo, el doctor Marcelo González suscita el recuerdo de aquellos grandes padres y doctores de la Iglesia española que convirtieron a la fe católica, desde el arrianismo, a los reyes y nobles visigodos, cuyos educadores fueron, y sin cuya actividad la Cristiandad católica de España no hubiera venido a ser.» Afecto que también es fruto de su labor desarrollada entre nosotros en circunstancias no siempre fáciles como las que rodearon su etapa de arzobispo de Barcelona de un modo particular por la cercanía y el afecto que demostró en repetidas ocasiones con la revista Cristiandad y Schola Cordis Iesu.
Uno de los aspectos más sobresalientes de su labor pastoral fue sin duda el celo que tuvo con su seminario. Al cabo de unos años de su llegada a Toledo, en momentos de crisis vocacional, el seminario estaba repleto de seminaristas no sólo de Toledo, sino también de otras muchas diócesis de España y de Hispanoamérica, atraídos por la buena formación teológica y espiritual que allí se recibía. De la fecundidad de aquella admirable labor apostólica son fruto tantos sacerdotes formados en el seminario durante aquellos años y que actualmente ejercen su ministerio presbiteral o episcopal en distintas diócesis de España y de Hispanoamérica.
El segundo aniversario se refiere a una figura emblemática de la historia de la Iglesia y también de la historia de España. La labor reformadora del cardenal Cisneros, iniciada en su orden franciscana, tuvo una continuidad y mayor alcance desde que fue nombrado arzobispo de Toledo. También se significó por su preocupación por la formación sacerdotal con la fundación de la prestigiosa Universidad de Alcalá. Pero su labor no quedó ceñida meramente al ámbito puramente eclesiástico, también tuvo una importante y beneficiosa incidencia en la esfera política. La vida de Cisneros transcurre en una de las etapas más decisivas y gloriosas de toda la historia de España: final de la Reconquista, realización de la gesta americana, descubrimiento y evangelización, y avance en el proceso de unidad de los reinos hispánicos. En todas estas empresas políticas Cisneros tuvo su importante influencia logrando que a la muerte de los Reyes Católicos no cayeran en el vacío.
El despotismo anómico
HACE ya más de cuarenta años (7 de julio de 1981) se aprobó la ley del divorcio, pocos años después (5 de julio de 1985) lo mismo se hizo con la ley que despenalizó el aborto en determinados supuestos....