El pasado 1 de agosto entraron en vigor las nuevas directrices que rigen la adopción de menores en la India, directrices promovidas por el Ministerio de Desarrollo de la Mujer y el Niño del gobierno de Narendra Modi. Entre las novedades incorporadas, fruto de un «plan nacional laico y uniformizador», está la informatización y centralización de las solicitudes de adopción, que quita a los orfanatos la potestad de escoger a los padres para dársela al gobierno central.
Estas directrices no han tardado en chocar con la comunidad cristiana de la India y, en especial, con las Misioneras de la Caridad, que regentan dieciséis orfanatos en dicho país. De hecho, ya se han constatado dos casos en que las Misioneras de la Caridad se han negado a dar en adopción a uno de sus niños a la persona designada por el gobierno por no cumplir con los criterios de las monjas, que buscan ante todo el bien de los niños y «no pueden arriesgarse cuando es algo que les concierne a ellos». «Creemos que los niños necesitan un padre y una madre y nuestras reglas sólo nos permiten dar en adopción a parejas casadas –explicaba recientemente la hermana Amala desde el orfanato Nirmala Shishu Bhawan de Nueva Delhi–. Los niños necesitan ambos padres, hombre y mujer. Es algo natural». Además, explican las religiosas, las nuevas normas permiten a los futuros padres elegir entre seis niños del orfanato y eso es inaceptable. «Cuando una mujer da a luz a un niño, ¿se le permite elegir? Ella recibe el regalo que Dios le da, y esto no debería ser diferente con los padres adoptivos».
Ante la actitud de las monjas de la Madre Teresa el Ministerio ha reiterado que «las nuevas directrices, elaboradas después de un intenso proceso de consulta, tienen que ser seguidas por todas las instituciones involucradas en el proceso de adopción» y que, si las Misioneras de la Caridad se niegan a acatar dichas normas, «no quedará otra opción que dar de baja sus orfanatos y cambiar a los niños a otros lugares».
En vista de esto, ante la imposibilidad de cumplir con todos los requisitos exigidos por el gobierno indio y a la espera de la resolución final de la Autoridad Central de Adopción de Recursos (CARA), las Misioneras de la Caridad han decidido paralizar su servicio de adopciones en dicho país y ya ha sido comunicado el cierre de trece de sus orfanatos.
En declaraciones a AsiaNews, el cardenal Telésforo Toppo, arzobispo de Ranchi, apoyaba a las hermanas Misioneras recordando que «los niños no son objetos; cada uno de ellos es un don precioso de Dios. Las Misioneras de la Caridad están al servicio de los más vulnerables y esos niños abandonados no se puede entregar a cualquier padre. (…) Las Misioneras religiosas de la Madre Teresa tienen una responsabilidad materna muy enraizada hacia los niños. Velarán para que los pequeños crezcan en un buen ambiente familiar y tengan un futuro gozoso, tal como lo harían sus padres biológicos. Su conciencia sugiere que no es correcto seguir las reglas del gobierno. Cuando aceptamos los hijos, también somos responsables de su futuro. Los niños no son bienes de uso. (…) Éste es un aspecto importante de la misión de la Iglesia en la India y tenemos que plantear estas cuestiones para explorar todas las opciones y conseguir que estas directrices cambien».
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