El 22 de diciembre de 1216 el papa Honorio III confirmaba en Roma la Orden de santo Domingo de Guzmán según la regla de San Agustín mediante la bula «Religiosam vitam». Días después de la confirmación, el 21 de enero de 1217, el mismo Papa escribía a santo Domingo y a los frailes del convento de Toulouse una carta de ánimo y esperanza, manifestando su amor a la nueva Orden y reconocía el título de «Predicadores». Próximamente, por tanto, se cumplirá el ochocientos aniversario de tan magno acontecimiento y los padres dominicos se preparan ya para celebrar un jubileo que comenzará el próximo 7 de noviembre y se prolongará hasta el 21 de enero de 2017.
«Festejar los ocho siglos de existencia de la Orden de Predicadores –afirman los dominicos españoles en el sitio web del jubileo– no consiste tanto en conmemorar un aniversario cuanto en proyectarnos todos juntos, con entusiasmo, hacia el porvenir de nuestro carisma. El ministerio de la evangelización, así lo creemos, seguirá siendo una necesidad para la Iglesia al servicio del mundo. Sí, verdaderamente «¡qué hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas noticias!» (Rom 10, 15). Dios, así lo creemos también, tiene un proyecto magnífico para la comunidad humana y nos ha elegido, a pesar de nuestra debilidad, para ser sus gozosos testigos». Por ello la preparación para este tiempo de gracia lleva ya un largo camino, iniciado en el adviento de 2005, en el que la familia dominicana de todo el mundo se ha ido preparando para esta celebración bajo el tema guía general: «¡Ay de nosotros si no evangelizamos!» (cf. I Cor, 9, 16), haciendo un recorrido de reflexión que les ayuda a renovar su llamada a predicar.
La apertura solemne del jubileo en España tendrá lugar en el monasterio de santo Domingo el Real de Madrid bajo los símbolos del bastón, el libro y el envío apostólico –conmemorativos de la aparición de los apóstoles Pedro y Pablo a Santo Domingo mientras oraba en la basílica de San Pedro– que introducirán el tema común para todas las celebraciones jubilares: «Enviados a predicar el Evangelio». El día de la apertura del Jubileo, el Maestro de la Orden bendecirá una serie de «rosarios peregrinos» que serán enviados a cada uno de los monasterios dominicanos en el mundo entero. Dichos rosarios serán un símbolo de comunión para toda la familia dominicana en oración, organizándose un calendario durante el periodo del jubileo en el que se le asignarán dos días a cada monasterio y formar así una cadena de oración continua a lo largo del año jubilar.
Multitudinarias procesiones en Hispanoamérica
La Iglesia siempre ha alentado la celebración de procesiones como signos de su condición de Pueblo de Dios en camino que, con Cristo y detrás de Cristo, marcha por los caminos de la ciudad terrena hacia la Jerusalén celestial;...