• Portada
  • Historia
  • Hemeroteca
  • Suscripción
  • Redacción
  • Acceso
  • Registro
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
CRISTIANDAD
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
CRISTIANDAD

«Reinaré a pesar de mis enemigos». La esperanza en el Reinado del Corazón de Cristo

A la luz de la visión del Apocalipsis comprendemos que el gran bien radica en elReinado de Cristo. Esto nos hace desear que todos los hombres y las sociedades conozcan a Cristo a través del amor de su Corazón y se acerquen a su Iglesia para recibir en mayor plenitud los bienes del Reino de Dios.

Por Ignacio Mª Manresa Lamarca hnssc
octubre 2025
en Artículos
7 min de lectura

La promesa del Señor a santa Margarita «Reinaré a pesar de mis enemigos», y su petición al rey de Francia de colocar el símbolo de su Corazón en el estandarte real suscitaron con el tiempo, ante la creciente secularización, el deseo y la esperanza en el reinado de su Corazón que quedaron recogidas en el Magisterio con la institución de la fiesta de Cristo Rey. Con el concilio Vaticano II y sus decretos de libertad religiosa y de relación con las demás religiones y confesiones cristianas, pareció que la idea de un reinado del Sagrado Corazón ya no tenía cabida en la vivencia cristiana, pues era entendido como un «restauracionismo» de una Cristiandad ya pasada. Incluso, como parte de esta actitud distinta, el magisterio pareció sustituir la idea del Reinado del Sagrado Corazón por la expresión «civilización del amor».

Es necesario recuperar la fuerza de esta expresión superando equívocos y tentaciones, recurriendo principalmente a las fuentes de la revelación. Para ello tomaremos el libro del Apocalipsis, verdadera guía espiritual para los tiempos de la Iglesia, y al hilo de su lectura iluminaremos la esperanza en el reinado del Sagrado Corazón.

PublicacionesRelacionadas

Historia

«Desengañados de los medios humanos»

febrero 2020

Génesis del Voto Nacional al Corazón de Jesús para obtener la liberación del Papa y la salvación de Francia (II)

octubre 2019
«Ad firmándum cor sincérum» Himnos eucarísticos compuestos por santo Tomás de Aquino

«Ad firmándum cor sincérum» Himnos eucarísticos compuestos por santo Tomás de Aquino

febrero 2024

La esperanza supone el deseo de un bien, en este caso el reinado del Corazón del Señor, y la posibilidad real de realizarlo. Vemos primero este reinado como digno de ser deseado, como el ideal, y después como posible de realizar, como objeto de esperanza.

El ideal del Reino

En el libro del Apocalipsis tras la visión inicial y la carta a las siete iglesias, se nos invita con el vidente a subir al Cielo para participar de la perspectiva de Dios sobre la historia (Ap 4,1). Tras contemplar a Dios en el Cielo como creador y Señor de todo, la atención del vidente se dirige al rollo que tiene en su mano de derecha. Se trata de un rollo que encierra el sentido de la historia y su capacidad de conducirla a su bien. Pero el libro estaba sellado y nadie en el cielo, ni en la tierra podía romper los sellos y abrir el libro. El vidente llora al participar de la tragedia de una historia en la que parece que el mal vence y va camino del fracaso. Pero un anciano anuncia una gran noticia al vidente: «Ha vencido el León de la tribu de Judá» (Ap,5,5). Ante nuestros ojos aparece un cordero degollado y de pie, símbolo de Cristo, muerto y resucitado, que ha vencido el pecado y la muerte y es capaz de conducir la historia a su plenitud. Toda la creación entona un gran cántico de alabanza al Cordero.

¿Qué sentido tiene esta visión?

Tres son los elementos esenciales de ella:

  1. El Reino o reinado de Dios. El presupuesto fundamental de toda la visión es el Reino de Dios entendido no como un territorio, sino como el reinado de hecho, de tal modo que Dios, habiendo vencido a sus enemigos, los hombres se someten a Él y como consecuencia vienen todos los bienes a la creación. Podríamos sintetizarlo con el salmo: «Dios reina, la tierra goza» (Sal 96,1). Se trata, por tanto, del gran bien al que hay que aspirar.
  2. El Reino o reinado de Cristo. La afirmación fundamental de esta visión es que el reinado de Dios sobre la creación sólo puede ser establecido por Cristo, muerto y resucitado, y que ciertamente Él no ha realizado. Esta es una enseñanza fundamental de los evangelios sinópticos: Jesús viene a establecer el Reino de Dios. Toda su vida tiene que ver con ello, su predicación, sus milagros, su muerte y resurrección. La Iglesia que Él instituye como mediadora de esta salvación que Él ha ganado.
  3. La acogida del Reino de Dios de parte de los hombres. En Ap 12,11, el cántico de los redimidos dice: «Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio que dieron». Esta acogida por «la palabra del testimonio que dieron», testimonio acerca de Cristo en su Iglesia, hace posible la realización del Reino de Dios en la historia. En este sentido del Concilio Vaticano II pareció relativizar este punto en un doble sentido. En primer lugar, el Concilio al tratar la relación entre el Reino y la Iglesia, que parecía identificarse en la doctrina hasta ese momento, precisó que también existe el Reino de Dios en la Iglesia en aquellos elementos de verdad presente en las demás religiones y confesiones cristianas, y en aquellos que «en la forma de Dios sólo conocida, se asocien al misterio pascual» (GS 22) de Cristo. Esto ha llevado a muchos a relativizar la confesión de Cristo como único salvador y la mediación de la Iglesia. Para corregir la mala inteligencia del Concilio, la Congregación para la doctrina de la fe publicó un documento afirmando la unicidad de la salvación por Cristo y la necesidad de la mediación de la Iglesia para encontrar la mayor plenitud del Reino de Dios posible en la tierra. En segundo lugar, la afirmación del Concilio de la autonomía del orden temporal y su doctrina sobre la libertad religiosa fue entendida como la negación de la necesidad de que todo sea sometido al imperio de Cristo y sanado por su gracia. A ello vino a responder el grito poderoso que inspiró el pontificado de san Juan Pablo II: «¡No tengáis miedo, abrid de par el par las puertas a Cristo! Abrid a su potestad salvadora los confines de los estados, los sistemas económicos y los políticos, los extensos campos de la cultura, de la civilización y del desarrollo».

Por todo ello, a la luz de esta visión del Apocalipsis comprendemos que el gran bien radica en reinado de Cristo. Esto nos hace desear que todos los hombres y las sociedades conozcan a Cristo y se acerquen a su Iglesia para recibir en mayor plenitud los bienes del Reino de Dios.

La esperanza en el Reino de Cristo

Sin embargo, el Apocalipsis nos recuerda también las dificultades que impiden la extensión de este reinado de Cristo. Si bien el capítulo 12 nos presenta la lucha entre la Mujer y el Dragón, y nos anuncia la victoria del hijo de la mujer, que es Cristo, seguidamente se nos presenta la guerra que va llevar a cabo entre el Dragón en la historia contra la descendencia de la mujer. El Diablo, representado en este Dragón, usa sus dos instrumentos para actuar en la historia, el poder político divinizado y el falso profeta. Su poder parece enorme y difícil de resistir.

Sin embargo, el gran mensaje del Apocalipsis es que Cristo no sólo ha vencido ya con su muerte y resurrección, sino que vence en cada cristiano que derrota al Diablo y vencerá definitivamente cuando establezca «un cielo nuevo y una tierra nueva» (Ap 21,1) y toda la creación será transfigurada por la presencia desvelada de Dios en medio de ella y del Cordero (Ap 21,22-23). Esta promesa divina es cierta y por ello capaz de fundar nuestra esperanza.

Sin embargo, ¿cabe esperar dentro de la historia una mayor extensión e intensidad de este Reino de Cristo por la fe y la caridad en los corazones de los hombres? El libro del Apocalipsis en su capítulo 20 nos invita a pensar en sentido afirmativo. Quizás nos puede ayudar a entenderlo la invitación del Concilio Vaticano II que dice: «La Iglesia, juntamente con los Profetas y el mismo Apóstol espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con una sola voz y «le servirán como un solo hombre»» (Sof 3,9). (Nostra aetate 4). ¡Qué alegría abrir el deseo y la esperanza a un bien tan grande!

La esperanza en el Reinado del «Corazón» de Cristo

Nuestra reflexión nos lleva a una última cuestión: ¿qué lugar ocupa el Corazón de Cristo en nuestra esperanza de su Reinado?

El Corazón de Cristo es el “símbolo natural de amor” divino y humano de Cristo hacia el Padre y hacia nosotros. Al poner en él nuestra esperanza comprendemos la naturaleza de este Reino de Dios. Pues como dijo san Juan Pablo II: «Junto al Corazón de Cristo, el corazón del hombre aprende a conocer el sentido verdadero y único de su vida y de su destino, a comprender el valor de una vida auténticamente cristiana, a evitar ciertas perversiones del corazón humano, a unir el amor filial hacia Dios con el amor al prójimo. Así —y ésta es la verdadera reparación pedida por el Corazón del Salvador— sobre las ruinas acumuladas por el odio y la violencia, se podrá construir la tan deseada civilización del amor, el reino del Corazón de Cristo». (Juan Pablo II, carta al p. Kolvenbach, Paray-le-Monial, 5 de octubre de 1986).

Por otra parte, alentamos decisivamente nuestra esperanza, pues «todo lo esperamos de aquel que nos ama» (santo Tomás de Aquino).

Finalmente, las revelaciones de Paray aprobadas por el magisterio de la Iglesia nos han señalado la conveniencia providencial de mirar a este Corazón divino como motivo de esperanza. Así lo reconocía el papa León XIII: «Cuando la Iglesia, […], estaba oprimida bajo el yugo de los césares, un joven emperador vio en los cielos un signo que se convirtió al instante en un feliz presagio y en la causa de la gloriosa victoria que pronto siguió. Y ahora, en este tiempo, contemplamos otra señal bendita y celestial que se nos ofrece a la vista: el Sagrado Corazón de Jesús, con una cruz que se eleva de él y brilla con deslumbrante esplendor en medio de las llamas del amor. En ese Sagrado Corazón debemos depositar todas nuestras esperanzas, y de él debemos implorar con confianza la salvación de los hombres». (Annum Sacrum 12)

Conclusión

Estas son unas pinceladas que pretender ayudar a desear el Reino de Cristo como el gran ideal de nuestra vida, y a esperarlo en su más plena realización, sea en nuestra vida personal, sea para todos los hombres y todos los pueblos, en el tiempo y en la eternidad. Y esto hacerlo mirando al Corazón del Señor, motivo radical de nuestra esperanza.

Ciertamente la esperanza es una virtud teologal, que actúa bajo la moción del Espíritu Santo. Por eso, con el Espíritu y la Esposa, sigamos diciendo: «¡Ven, Señor Jesús!». Que su reinado venga, y que el Corazón de Cristo, signo ardiente de amor, sea el emblema de nuestra esperanza invencible.

 

 

Etiquetas: La esperanza en el reino de Cristo
Publicación anterior

Las revelaciones del Sagrado Corazón a santa Margarita María de Alacoque

Siguiente publicación

El padre Enrique Ramière, apóstol y teólogo del reinado del Corazón de Jesús

Publicaciones Relacionadas

Mil números de CRISTIANDAD
Artículos

Responsabilidad de los laicos: comunión, misión y servicio (III)

mayo 2015

Partícipes de un misterio de comunión No se encuentra a Cristo sino por pertenencia a su Cuerpo, a su Pueblo, que es la Iglesia, como repite con frecuencia el papa Francisco. Bien es sabido con cuánto vigor la conciencia...

Artículos

Algunas consideranciones en torno a la Guerrra Rusia-Ucrania

mayo 2022

Frente a la guerra entre Rusia y Ucrania se han registra do distintas posiciones, a veces sorprendentes. Hay quienes, en efecto, entienden que Occidente tiene no sólo el derecho sino también el deber de movilizar guerras contra los países...

Buscar por fecha…

¡Clama ne cesses!

Últimas publicaciones

Un pontificado fecundo

Un pontificado fecundo

octubre 2025
60º aniversario del fallecimiento de Jaime Bofill: Esperanza y tradición

60º aniversario del fallecimiento de Jaime Bofill: Esperanza y tradición

octubre 2025

Padre Enrique Ramière: «En la escuela del Corazón de Jesús: acción de gracias»

octubre 2025

Temas

Actualidad Actualidad Política Actualidad Religiosa Apostolado de la oración Cataluña Comunismo Cristiandad, Revista Cristo Rey Editorial España Estados Unidos Eucaristía Europa Familia Filosofía Fragmentos Francia Grabados Historia Iglesia Inglaterra Israel León XIII Liberalismo Mariología Navidad Orlandis i Despuig S.I., Ramón PAPAS (alocuciones, discursos, fragmentos,etc.). Persecución Religiosa Poesía Pío IX, Beato Pío XII Reino de Cristo Religión Rusia Sagrado Corazón de Jesús San Juan XXIII Santa Teresita del Niño Jesús Schola Cordis Iesu Sociología Sociología cristiana Teología de la Historia Varios Vaticano II, Concilio Virgen María

Plura ut unum

Los hermanos Lémann y el Postulatum pro hebraeis

Los hermanos Lémann y el Postulatum pro hebraeis

diciembre 2020
«El programa de la época es la persecución»

«El programa de la época es la persecución»

octubre 2020

El belén, escuela de sencillez

diciembre 2019
  • Aviso legal
  • Política de privacidad
  • Política de cookies
  • Política de contratación
CRISTIANDAD - Al Reino de Cristo por los Corazones de Jesús y María.

Copyright © 2015-2025. CRISTIANDAD. Todos los derechos reservados. Powered by APG.

¡Bienvenido a CRISTIANDAD!

Identifícate con tu cuenta

¿Olvidaste la contraseña? Regístrate

¡Crea una nueva cuenta!

Rellena el siguiente formulario

Rellena todos los campos. Identifícate

Recupera tu contraseña

Por favor, introduce tu nombre de usuario o dirección de correo electrónico para restablecer tu contraseña.

Identifícate
Gestionar consentimiento
Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos. El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.
  • Administrar opciones
  • Gestionar los servicios
  • Gestionar {vendor_count} proveedores
  • Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
  • {title}
  • {title}
  • {title}
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
  • Acceso
  • Regístrate
  • Carrito
¿Seguro que quieres desbloquear esta publicación?
Desbloqueos disponibles : 0
¿Seguro que quieres cancelar la suscripción?