• Portada
  • Historia
  • Hemeroteca
  • Suscripción
  • Redacción
  • Acceso
  • Registro
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
CRISTIANDAD
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
CRISTIANDAD

San Atanasio (5): el Concilio de Nicea

Por Gerardo Manresa Presas
septiembre 2022
en Pequeñas lecciones de historia, Secciones
3 min de lectura

PublicacionesRelacionadas

Doña Dorotea de Chopitea, madre de los pobres

septiembre 2016

Celia y Luis (III): buscando la voluntad de Dios en su matrimonio

marzo 2016
El ocaso de la Iglesia en Irak

Viudas de la guerra en Siria y enfermos crónicos: las otras víctimas olvidadas del conflicto

enero 2019

El concilio fue convocado primeramente en Ancira (Galacia), pero se trasladó a Nicea de Bitinia, por ser accesible por tierra y mar y cercana a la residencia imperial de Nicomedia. El obispo de Córdoba, Osio, consejero de Constantino, en aquel momento, presidió las sesiones y los presbíteros Vito y Vicente fueron la representación del obispo de Roma. Aunque se convocó a 1800 obispos únicamente asistieron unos 300, la mayoría de la Iglesia oriental. No faltaron los amigos de Arrio, como Eusebio de Nicomedia, Eusebio de Cesarea y algunos otros.
A parte de otras cuestiones legislativas, la cuestión más escabrosa, como venimos considerando, era el problema arriano. La tendencia arriana, pequeña en número, estaba capitaneada por Eusebio de Nicomedia, el personaje más importante en toda esta controversia. Arrio no era obispo y por tanto no tenía derecho a participar en las deliberaciones del Concilio, pero fue aceptada su presencia.
Alejandro, patriarca de Alejandría, secundado por su diacono Atanasio, representaba a los contrarios a esta doctrina: en ella veían un grave peligro para la fe cristiana y que, por tanto, era necesario condenar. Tampoco era un grupo numeroso. Otro pequeño grupo, probablemente no más de tres o cuatro, sostenía posiciones cercanas al «patripasionismo», es decir, la doctrina según la cual el Padre y el Hijo son uno mismo, y por tanto el Padre sufrió en la cruz. Los obispos que procedían de la región del Imperio donde se hablaba el latín, Occidente, no se interesaban en la especulación teológica. Para ellos la doctrina de la Trinidad se resumía en la vieja fórmula enunciada por Tertuliano más de un siglo antes: una sustancia y tres personas. La mayoría de los obispos no pertenecía a ninguno de estos grupos. Veían disgustados el enfrentamiento entre Arrio y Alejandro, que amenazaba con dividir la Iglesia ahora que precisamente gozaba de paz. La esperanza de estos obispos, al comenzar la asamblea, parece haber sido lograr una posición conciliatoria, resolver las diferencias entre Alejandro y Arrio, y olvidar la cuestión. Los partidarios de Arrio, que contaban también con las simpatías del emperador Constantino, pensaban que en cuanto expusieran sus puntos de vista la asamblea les daría la razón. Sin embargo, cuando Eusebio de Nicomedia tomó la palabra para decir que Jesucristo no era más que una criatura, aunque muy excelsa y eminente, y que no era de naturaleza divina, la inmensa mayoría de los asistentes reaccionó de forma muy distinta a lo que Eusebio esperaba. A los gritos de «¡blasfemia!», «¡mentira!» y «¡herejía!», Eusebio tuvo que guardar silencio, en medio de una grave confusión. Entonces Eusebio de Cesarea hizo una proposición intermedia, la de reconocer el símbolo bautismal de su comunidad, que a la vez despejaba cualquier duda sobre su ortodoxia. Pero para evitar equívocos, Alejandro y Atanasio introdujeron un término, casi filosófico, no perteneciente a las Escrituras: «de la sustancia del Padre», homoousios tô Patrí, con lo que quedaba completamente zanjada la discusión.
Así quedó completado el Credo de Nicea, «Creemos en un Dios Padre Todopoderoso, hacedor de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; engendrado como el Unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios; luz de luz; Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho; consustancial al Padre; mediante el cual todas las cosas fueron hechas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra; quien para nosotros los humanos y para nuestra salvación descendió y se hizo carne, se hizo humano, y sufrió, y resucitó al tercer día, y vendrá a juzgar a los vivos y los muertos. Y en el Espíritu Santo».
Y que se completó con el siguiente anatema: «A quienes digan, pues, qué hubo cuando el Hijo de Dios no existía, y que antes de ser engendrado no existía, y que fue hecho de las cosas que no son, o que fue formado de otra sustancia o esencia, o que es una criatura, o que es mutable o variable, a éstos anatematiza la Iglesia católica».
Todos los padres conciliares ratificaron este credo con su firma (19 de junio de 325), excepto Arrio y dos obispos que lo secundaban, Secundo de Tolemaida y Teonás de Marmárica, que fueron enviados inmediatamente al destierro. Pocos meses después, Eusebio de Nicomedia y Teognis de Nicea, cabecillas de los arrianos, retiraron sus firmas. Irritado por este cambio, el emperador Constantino los desterró a ambos a la Galia.
El gran Concilio convocado en esta coyuntura fue algo más que un evento fundamental en la historia del cristianismo. El término no perteneciente a las Escrituras –homoousion– para expresar el carácter de creencia ortodoxa en la Persona del Cristo histórico tuvo consecuencias de la más grave importancia. Así la discusión de Nicea continuó durante más de cincuenta años.

Etiquetas: El Concilio de NiceaEusebio de Nicomedia y Eusebio de CesareaPrimeras polémicas del arrianismoSan Atanasio
Publicación anterior

Carta apostólica «Desiderio desideravi» sobre la formación litúrgica del Pueblo de Dios

Siguiente publicación

La abolición de lo esclavitud, obra del catolicismo (Jaime Balmes)

Publicaciones Relacionadas

El peligroso engaño de la ideología vegetariana
Hemos leído

Michel Houellebecq: «Una civilización que legaliza la eutanasia pierde todo derecho al respeto»

mayo 2021

El polémico escritor Michel Houellebecq ha roto su silencio para mostrar su rechazo a la introducción de la eutanasia en Francia que se está debatiendo en estos momentos. Desde las páginas de Le Figaro, el novelista, poeta y ensayista...

El peligroso engaño de la ideología vegetariana
Hemos leído

«Los sacerdotes no están interesados en Dios»

noviembre 2021

La revista italiana Tempi recuerda una vieja anécdota de Mons. Lorenzo Albacete, una historia con mucha gracia, pero que, como quien no dice nada, nos da una de las claves para entender qué ha ocurrido en la Iglesia durante...

Buscar por fecha…

¡Clama ne cesses!

Últimas publicaciones

Mártires franciscanos de Georgia (USA) en defensa del matrimonio

Mártires franciscanos de Georgia (USA) en defensa del matrimonio

abril 2025

abril 2025
NUEVO NÚMERO – Abril 2025

Tiempos martiriales

abril 2025

Temas

Actualidad Actualidad Política Actualidad Religiosa Apostolado de la oración Cataluña Comunismo Cristiandad, Revista Cristo Rey Editorial España Estados Unidos Eucaristía Europa Familia Filosofía Fragmentos Francia Grabados Historia Iglesia Inglaterra Israel León XIII Liberalismo Mariología Navidad Orlandis i Despuig S.I., Ramón PAPAS (alocuciones, discursos, fragmentos,etc.). Persecución Religiosa Poesía Pío IX, Beato Pío XII Reino de Cristo Religión Rusia Sagrado Corazón de Jesús San Juan XXIII Santa Teresita del Niño Jesús Schola Cordis Iesu Sociología Sociología cristiana Teología de la Historia Varios Vaticano II, Concilio Virgen María

Plura ut unum

Los hermanos Lémann y el Postulatum pro hebraeis

Los hermanos Lémann y el Postulatum pro hebraeis

diciembre 2020
«El programa de la época es la persecución»

«El programa de la época es la persecución»

octubre 2020

El belén, escuela de sencillez

diciembre 2019
  • Aviso legal
  • Política de privacidad
  • Política de cookies
  • Política de contratación
CRISTIANDAD - Al Reino de Cristo por los Corazones de Jesús y María.

Copyright © 2015-2025. CRISTIANDAD. Todos los derechos reservados. Powered by APG.

¡Bienvenido a CRISTIANDAD!

Identifícate con tu cuenta

¿Olvidaste la contraseña? Regístrate

¡Crea una nueva cuenta!

Rellena el siguiente formulario

Rellena todos los campos. Identifícate

Recupera tu contraseña

Por favor, introduce tu nombre de usuario o dirección de correo electrónico para restablecer tu contraseña.

Identifícate
Gestionar consentimiento
Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos. El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
  • Acceso
  • Regístrate
  • Carrito
¿Seguro que quieres desbloquear esta publicación?
Desbloqueos disponibles : 0
¿Seguro que quieres cancelar la suscripción?