Se ha cumplido el pasado 8 de diciembre el 150 aniversario la Encíclica Quanta Cura que Pio IX había escrito para acompañar el Sylabus. Con este motivo el Cardenal Antonelli, Secretario de Estado, enviaba una carta a todos los obispos católicos que adjuntaba a la remisión de los citados documentos pontificios: “Nuestro Santísimo Señor Pío IX, Pontífice Máximo, no ha cesado nunca, movido de su grande solicitud por la salud de las almas, y por la pureza de la doctrina, de proscribir y condenar desde los primeros días de su Pontificado, los principales errores y las falsas doctrinas que corren particularmente en nuestros miserables tiempos, así en sus cartas Encíclicas y Alocuciones Consistoriales, como en otras Cartas Apostólicas dadas al intento. Pero pudiendo tal vez ocurrir que todos estos actos pontificios no lleguen a noticia de cada uno de los reverendos Obispos, determinó Su Santidad que se compilase un Sílabo de los mismos errores, para ser comunicado a todos los Obispos del mundo católico, a fin de que los mismos Prelados tuviese a la vista todos los errores y perniciosas doctrinas reprobados y condenados por Su Santidad” Como queda de manifiesto en esta palabras, Pio IX movido por una gran solicitud pastoral realizaba un acto de solemne magisterio doctrinal ante la grave situación que atravesaba el mundo en aquellas difíciles circunstancias de mediados del siglo XIX. En aquellos años el liberalismo con sus propósitos manifiestamente secularizadores había triunfado en la mayoría de los países europeos. Se había iniciado un proceso que sin solución de continuidad llegará hasta nuestros día por el cual la actual civilización occidental dejará de ser la continuadora de la original civilización cristiana
Aquel acto del Papa fue y sigue siendo en nuestros días «signo de contradicción». Ya en su momento fue juzgado como un ataque a la modernidad, causado por una incomprensión y desconfianza hacia lo que ella representaba. Así ha continuado siendo considerado incluso en muchos ambientes eclesiásticos, especialmente después del Concilio Vaticano II. Cristiandad, en otras ocasiones, y de nuevo con este número, quiere reiterar su fidelidad al Magisterio de la Iglesia y expresar su convicción de que aquellos documentos pontificios eran fruto de un conocimiento profundo y preciso de las corrientes de pensamiento que inspiraron lo que denominamos «la modernidad». Por ello mismo, no solo podemos constatar su oportunidad histórica sino también su permanente actualidad. Hoy somos testigos de las consecuencias sociales en tantos ámbitos de aquellos principios doctrínales condenados en el Syllabus. La ausencia de Dios en la política, en la economía, en las relaciones internacionales y en tanto otros ámbitos es la causa y el origen de la actual y profunda crisis religiosa contemporánea. Como expresaba recientemente el cardenal Paolis, la crisis familiar es un ejemplo de las consecuencias de aquello errores denunciados por el beato Pio IX. Con un renovado propósito de servicio y obediencia a la Iglesia dedicamos este número a reflexionar sobre la importancia y actualidad de aquel documento pontificio de “gran solicitud pastoral”
Razón del número
El Año jubilar se concluirá en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos ante todo sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la Santísima...