• Portada
  • Historia
  • Hemeroteca
  • Suscripción
  • Redacción
  • Acceso
  • Registro
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
CRISTIANDAD
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
CRISTIANDAD

¿Navidad sin fe?

Por Gerardo Manresa Presas
diciembre 2021
en 75 años, Secciones varias
5 min de lectura

«¿Cómo el gran David, que había hecho tantas cosas buenas, que estaba unido a Dios, fue capaz de hacer eso?». Esta es la pregunta que el papa Francisco se hacía en una de las homilías matutinas de Santa Marta. Y seguía el Papa: «Esto no se hace de la noche a la mañana. David se deslizó lentamente, lentamente. Hay pecados del momento: el pecado de la ira, un insulto que no puedo controlar. Pero hay pecados en los que uno se desliza lentamente, con el espíritu de la mundanidad. Es el espíritu del mundo que te lleva a hacer estas cosas como si fueran normales…». Hace 75 años, el editorial de la revista CRISTIANDAD, comentaba el mensaje del Papa reinante, Pío XII, en el que se recogía esta última afirmación de Francisco. El contexto era el mensaje enviado al Congreso catequético que se llevó a cabo en la ciudad de Boston ese mismo año de 1946. En dicho mensaje el Papa hacía afirmaciones sorprendentes para la época, que nos muestran hasta qué punto los Papas, desde la Cátedra de Pedro, ven la realidad del mundo que les rodea.

 

PublicacionesRelacionadas

«Un regalo del amor de Dios»

octubre 2019

El monumento al Sagrado Corazón de Jesús de Bilbao

mayo 2018

«Al Reino de Cristo por la devoción a su Sagrado Corazón»

abril 2019

Ese Cuerpo del que ustedes son miembros ha sido amenazado. Ese Cuerpo de Cristo que es su Iglesia (Ef 1, 23), se ve amenazado no solo por poderes hostiles desde el exterior, sino también por las fuerzas interiores de la debilidad y la decadencia…
»Millones pueden apresurarse por las calles de las grandes ciudades absortos en sus negocios, placeres o penas sin pensar nunca en Dios; sin embargo, el único Dios verdadero no es menos real; es Él quien los sostiene en su existencia. Los hombres se reúnen para promulgar las leyes de un pueblo, o con el encomiable propósito de sacar a sus semejantes del pantano de miseria y desesperación sembradas por la injusticia, mientras excluyen deliberadamente el reconocimiento del legislador supremo y soberano universal; sin embargo, el único Dios verdadero no es menos real por todo eso.
»¿No es esta negación o descuido de Dios, Creador y Juez supremo del hombre, la fuente de la creciente inundación del mal que hoy espanta a los serios y llena el camino de la vida humana con tantos hogares destruidos?
»Quizás el mayor pecado del mundo actual es que los hombres han comenzado a perder el sentido del pecado».
El editorial de aquel año, al hilo de este mensaje de Pío XII, reflexiona sobre este tiempo de Navidad que estamos prontos a celebrar y que, si no volvemos nuestros ojos, mente y corazón al sentido verdadero de esta gran celebración, podemos caer en unas «Navidades sin fe».
¿Navidades sin fe? (editorial)
Por su naturaleza divina, así como por la redención, Jesucristo es Rey y Señor universal de todos los hombres; de suerte que nada puede suceder contra su voluntad ni escapar a su gobierno: incluso sus mismos enemigos cooperan involuntariamente a la realización de sus inescrutables designios.
Mas Él ha tenido a bien disponer que la salvación de los individuos lo mismo que la paz en los estados pendan de una tercera forma de realeza y señorío que Él se propone ejercer sobre los hombres: la realeza de su amor, fundada en la aceptación voluntaria, tanto individual como social, de su ley.
Estas verdades serán tal vez de todos conocidas entre los católicos; mas no son ordinariamente meditadas y comprendidas.
Es preciso que nos apliquemos de nuevo «a considerar el hecho de la existencia de Dios; que dependemos absolutamente de su poder, de su amor y de su gracia y que tenemos el deber de moldear nuestra vida de acuerdo con la voluntad divina».
Creemos en estas verdades «en el retiro de nuestras habitaciones», mas no las profesamos públicamente con todas sus consecuencias, y permitimos que la inmodestia, la avaricia, la maldad campeen por la vida pública sin oponernos a ello.
Asentimos a la fe, no la apreciamos suficientemente. No estamos eficazmente convencidos de que en Jesucristo está la solución verdadera, pero también única, de todos los males que nos aquejan, y la cruel experiencia de que goza por desgracia nuestra sociedad no hace sino aumentar nuestra responsabilidad por no atender a las advertencias de la Iglesia.
Por esta ruptura interior que se ha producido en nosotros entre el objeto de nuestro asenso y los objetos de nuestro aprecio, «el vigor de la Iglesia y su mismo crecimiento están amenazados».
No es ya la amenaza exterior contra la que un cuerpo social vigoroso reacciona unánimemente; es la causa interna de la debilidad y de la decadencia, es un proceso de desvitalización (ningún papa anterior, que sepamos, había pronunciado tan trágica palabra); proceso culpable porque «habíamos sido advertidos del peligro». Buscábamos la vida en filosofías extrañas, y he aquí que se está secando en nosotros la fuente de la vida: pues no en vano se nos había dicho: «el justo vivirá de la fe».
El crecimiento de la debilidad, el proceso de desvitalización que ha venido ocurriendo en unos cuantos sectores de la Iglesia son debidos principalmente a la ignorancia, o cuanto menos a un conocimiento muy superficial de las verdades de la religión: verdades que deberían ser recordadas por todos.
«El vigor de la Iglesia y su mismo crecimiento están amenazados por no saber apreciar ellos íntegramente la verdad que profesan».
La verdad de la Redención, la verdad de la gracia y del Sacrificio, la verdad del Cuerpo místico de Cristo y la solidaridad natural y sobrenatural que liga a sus miembros entre sí, ¿habrán venido a ser juego de palabras en nuestra boca?
¿Qué pensamos celebrar en Navidad: solamente un hecho histórico acaecido una vez en la lejanía del pasado, o también el nacimiento constante de Cristo en nuestras almas que extirpe de ellas los gérmenes de muerte: «el orgullo, el egoísmo, la sensualidad y las ambiciones»?
¿O pensamos en serio que «será suficiente para ello la legislación humana»? ¿Acaso los contratos y tratados?, ¿Acaso un resultado electoral?
Planteado así el problema, la solución se impone por sí misma. Pero he aquí que el mundo civilizado ha encontrado en nuestros tiempos manera de eludir este dilema: ha negado teórica y prácticamente la realidad del pecado.
Nada es pecado, nada es condenable. Mas si no existe el pecado, no hace falta redención alguna; el sacrificio de Cristo fue en el mejor caso una abnegación innecesaria y la sociedad tiene en sí misma los principios de su estabilidad.
El Papa protesta contra esta última hipocresía, contra este último y máximo pecado:
«Es posible que el mayor pecado en el mundo sea el de que los hombres han empezado a perder el sentido del pecado».
»Este sentido no puede ser arrancado del corazón humano; este sentir se despierta con la idea de que el Dios-Hombre, muriendo en la cruz, pagó la pena del pecado».
»Conocer a Jesucristo crucificado es conocer el horror de Dios a todo pecado. La culpa sólo podía ser lavada con la sangre preciosa de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre».
Este conocimiento, que era la única ciencia de que se jactaba el Apóstol –el Papa da el grito de alarma– se está perdiendo entre nosotros…

Etiquetas: ¿Navidades sin fe?El espiritu de mundanidadLa falta de sentido de pecadoMensaje del papa Francisco sobre la mundanidadPío XII y la mundanidad
Publicación anterior

La Merced y la Inmaculada

Siguiente publicación

Mil y una actividades para no pensar

Publicaciones Relacionadas

Fragmentos de cartas y poesias de santa Teresita de Lisieux
Nuestra patria es el cielo

Fragmentos de cartas y poesias de santa Teresita de Lisieux

abril 2022

Oh! ¡Qué dulce es pensar que bogamos hacía la ribera eterna! Querida hermanita, ¿no te parece, como a mi, que la partida de nuestro padre querido nos ha acercado al Cielo? Más de la mitad de la familia goza...

La conferencia Episcopal Española peregrina  al Cerro de los Ángeles en el Año Jubilar
Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús

La conferencia Episcopal Española peregrina al Cerro de los Ángeles en el Año Jubilar

abril 2019

Homilía pronunciada por el cardenal Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española

Buscar por fecha…

¡Clama ne cesses!

Últimas publicaciones

Mártires franciscanos de Georgia (USA) en defensa del matrimonio

Mártires franciscanos de Georgia (USA) en defensa del matrimonio

abril 2025

abril 2025

Tiempos martiriales

abril 2025

Temas

Actualidad Actualidad Política Actualidad Religiosa Apostolado de la oración Cataluña Comunismo Cristiandad, Revista Cristo Rey Editorial España Estados Unidos Eucaristía Europa Familia Filosofía Fragmentos Francia Grabados Historia Iglesia Inglaterra Israel León XIII Liberalismo Mariología Navidad Orlandis i Despuig S.I., Ramón PAPAS (alocuciones, discursos, fragmentos,etc.). Persecución Religiosa Poesía Pío IX, Beato Pío XII Reino de Cristo Religión Rusia Sagrado Corazón de Jesús San Juan XXIII Santa Teresita del Niño Jesús Schola Cordis Iesu Sociología Sociología cristiana Teología de la Historia Varios Vaticano II, Concilio Virgen María

Plura ut unum

Los hermanos Lémann y el Postulatum pro hebraeis

Los hermanos Lémann y el Postulatum pro hebraeis

diciembre 2020
«El programa de la época es la persecución»

«El programa de la época es la persecución»

octubre 2020

El belén, escuela de sencillez

diciembre 2019
  • Aviso legal
  • Política de privacidad
  • Política de cookies
  • Política de contratación
CRISTIANDAD - Al Reino de Cristo por los Corazones de Jesús y María.

Copyright © 2015-2025. CRISTIANDAD. Todos los derechos reservados. Powered by APG.

¡Bienvenido a CRISTIANDAD!

Identifícate con tu cuenta

¿Olvidaste la contraseña? Regístrate

¡Crea una nueva cuenta!

Rellena el siguiente formulario

Rellena todos los campos. Identifícate

Recupera tu contraseña

Por favor, introduce tu nombre de usuario o dirección de correo electrónico para restablecer tu contraseña.

Identifícate
Gestionar consentimiento
Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos. El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
  • Acceso
  • Regístrate
  • Carrito
¿Seguro que quieres desbloquear esta publicación?
Desbloqueos disponibles : 0
¿Seguro que quieres cancelar la suscripción?