La devoción de san Juan Pablo II a la Divina Misericordia
Durante la ocupación nazi, cuando trabajaba en la cercana fábrica Solvay, solía pasar por aquí. Aún hoy recuerdo el camino que va desde Borek Falecki hasta Debniki, que recorría con unos zuecos cada día para trabajar en los distintos turnos. ¿Cómo imaginar que aquel hombre de los zuecos consagraría un ...