Celia y Luis (IX): la Virgen de la sonrisa
En 1734, el párroco de la iglesia de San Sulpicio de París encargó a un joven escultor, Edme Bouchardon, estatuas para su iglesia, una de ellas en plata, que debía ornar la capilla de la Virgen. Los parroquianos debían dar su plata, pues el sacerdote no aceptaba dinero sino cubiertos ...