«Es tiempo de rebelarnos contra el ateísmo práctico que asfixia nuestras vidas»
Cuando la Revolución quiso privar a los vandeanos de sus sacerdotes, todo un pueblo se sublevó. ¡Ante los cañones, estos pobres sólo tenían sus bastones! ¡Frente a los fusiles, sólo poseían sus hoces! ¡Frente al odio de las columnas infernales, sólo presentaban su rosario, su oración y el Sagrado Corazón bordado ...