Santa Margarita María de Alacoque (2): Jesús, el más perfecto amante
La presión que su madre y sus hermanos hacían iban llevándole hacia las atracciones del mundo. «El diablo le suscitaba muchos buenos partidos, según el mundo, que me asediaban para obligarme a ser infiel al voto que había hecho». En medio de las reuniones y pasatiempos «Jesús me lanzaba fl ...