Quiero presentar a santa Margarita María, quién es y cuál fue su experiencia espiritual y en qué puede inspirarnos hoy. Margarita María es francesa y vivió en el siglo xvii durante el reinado de Luis XIV. Nació a pocos kilómetros de París en una ciudad llamada Verosvres, el 22 de julio, día de santa María Magdalena de 1647. Sus padres se llamaban Claudio y Filiberta Alacoque. A los 5 años en el castillo de Corcheval, en la casa de su madrina, se siente llamada a decir al Señor durante la misa entre las dos elevaciones: «oh, Dios mío, te consagro mi pureza y te hago voto de castidad perpetua». Más tarde, Margarita dirá que no comprendía estas palabras, pero se sintió impulsada a pronunciarlas. A los 8 años muere su padre. Eso tiene graves consecuencias en su vida. Sus hermanos se marchan a un internado, dejando a Margarita María sola con su madre Filiberta. Su madre confía la gestión del patrimonio familiar a la familia de su marido, y aquí comienza un largo tiempo de malos tratos familiares durante varios años. Margarita María no pudo entrar en la Visitación de Paray antes de los 24 años porque sus familiares se oponían a su vocación. El 21 de mayo de 1670 fue su primera visita al locutorio del monasterio. Ella oye internamente: «aquí es donde te quiero». Inmediatamente le dice a su familia que debe aceptar, ya que ella nunca podrá estar en otra parte. Ante su resolución, la familia cede y ella entra en la Visitación el 21 de junio de 1671 con 24 años. Margarita María ya nunca más saldrá del monasterio hasta el día de su muerte a los 43 años, el 17 de octubre de 1690.
Fue aquí donde tuvo su experiencia mística del Corazón de Jesús. Fueron una treintena de apariciones, pero el mensaje está concentrado en las tres apariciones principales entre diciembre de 1673 y junio de 1675, hace 350 años.
La primera gran aparición (1673)
Transcurre tras 2 años y medio después de su entrada en el monasterio. La fecha es 27 de diciembre. Es una fecha muy significativa. En primer lugar porque son dos días después de Navidad. Eso demuestra el fuerte vínculo que existe entre la devoción al Sagrado Corazón y el misterio de la encarnación. El Concilio Vaticano II dijo que Jesús nos amó con un corazón humano. También el 27 de diciembre es el día litúrgico de san Juan Evangelista. San Juan vivió dos experiencias del Corazón de Jesús. Cuando Jesús anuncia que un apóstol va a traicionarle en el capítulo 13 del Evangelio, Juan se inclina sobre su pecho para preguntarle quién es. Fue en aquel momento que recibió el nombre de discípulo bien amado. Más tarde el Evangelio se referirá a él como el que descansó sobre el pecho del Señor. Los Padres de la Iglesia identificaron este descanso como un reposo sobre no solo el pecho, sino también el corazón. Y muchos místicos experimentarán a su vez un reposo en el Corazón de Jesús, como nos recuerda el papa Francisco en su encíclica Dilexit nos. Varias santas mujeres han narrado experiencias de su encuentro con Cristo, caracterizado por el reposo en el corazón del Señor, fuente de vida y de paz interior. La otra experiencia del Corazón de Jesús que Juan cuenta en su Evangelio es el corazón traspasado después de la muerte de Jesús en el capítulo 19.
Este día 27 de diciembre de 1673, Jesús se aparece a santa Margarita María cuando ella está orando sola en la capilla de su monasterio. Vive entonces tres experiencias espirituales. La primera de este día fue reposar sobre el Corazón de Jesús y experimentar la misericordia divina. Margarita María testifica, «me hizo reposar largos ratos sobre su pecho, varias horas, donde me reveló las maravillas de su amor y los inexplicables secretos de su Sagrado Corazón, que hasta entonces me había tenido siempre ocultos hasta que me lo abrió por primera vez, pero de una manera tan eficaz y sensible que no me dejó ningún motivo para dudar». Y entonces Jesús le dijo: «Mi divino Corazón está tan apasionado de amor por los hombres y por ti en particular, que, no pudiendo ya contener dentro de sí las llamas de su ardiente caridad, es necesario infundirlas a través de ti y así puedan manifestarse a los hombres para enriquecerlos con sus preciosos tesoros que te revelo». Esas frases serán citadas por el Papa en su encíclica Dilexit nos.
Segunda experiencia de este día; ella tiene una visión del Corazón. Es un Corazón herido sobre un trono de llamas envuelto de espinas con la cruz. Y Jesús le dijo: «Si supieras cómo estoy sediento de hacerme amar por los hombres: tengo sed. Ardo en deseos de ser amado». Es una queja. San Claudio la Colombière dirá: «El amor no es amado». Las dos siguientes apariciones de 1674 y 1675 darán detalles sobre estas espinas alrededor del corazón. Jesús hace una primera petición a Margarita María.
Esta primera petición es honorar la imagen del Sagrado Corazón, exponiéndola en las casas. Es un acto de devoción pública. Y llevándola sobre ella; es un acto de devoción privada. Estas dos peticiones, única petición de honorar la imagen, están en el origen de la entronización de la imagen del Sagrado Corazón en las casas y de la consagración al Corazón de Jesús, particularmente bajo el impulso del famoso padre Mateo Crawley en el siglo xx.
Tercera experiencia de aquel día; la transformación del corazón. «Él me pidió mi corazón», cuenta Margarita María que le ruega entonces que lo tome. Jesús toma su corazón y lo pone en el suyo y ella continúa: «Lo puso en su adorable corazón, en el cual me lo mostró como un pequeño átomo que se consumía en este ardiente horno, tal cual lo retiró como una llama ardiente en forma de corazón que me la dio en el lugar donde le había tomado». De este modo, Margarita María tuvo una experiencia verdadera de transformación del corazón. Jesús es quien toma la iniciativa. Él lo hace todo, pero pide a Margarita María su libertad y entrega total. La verdadera devoción al Sagrado Corazón no consiste principalmente en prácticas devocionales que son importantes, sino en una experiencia transformadora en la que Jesús toma nuestro corazón y lo hace como el suyo, «horno ardiente de caridad», lleno de mansedumbre y humildad. Esta primera aparición se concluye con estas palabras de Jesús: «Quiero hacer de ti la discípula amada de mi Sagrado Corazón». Así Margarita María se convierte en una nueva san Juan, el primer discípulo bien amado.
La segunda aparición (1674)
Esta segunda aparición ocurrió el primer viernes de un mes de 1674. No se sabe exactamente de qué mes, ya que Margarita María no lo dice. Margarita cuenta: «Jesucristo se me presentó todo radiante de gloria con sus cinco llagas resplandecientes como cinco soles. Y de esta sagrada humanidad salían llamas por todas partes, pero especialmente de su adorable pecho, que parecía un horno. Y habiéndose abierto, me reveló su corazón, todo amor y amable, que era la fuente viva de estas llamas. Fue entonces cuando me reveló las maravillas inexplicables de su amor puro y hasta que exceso lo había llevado a amar a los hombres de quienes solo recibía ingratitud e indiferencias». (…) Siempre tienen esas apariciones una misma dinámica interna, una declaración de amor, una queja y una petición. La declaración de amor es una expresión utilizada por el papa Francisco en su encíclica cuando habla de Paray-le-Monial. Jesús declara de nuevo su amor. «Me reveló las maravillas inexplicables de su amor puro y cómo amaba a los hombres hasta el extremo». La queja. Jesús se queja de recibir en retorno únicamente en gratitud, indiferencia. Esta es la primera precisión sobre las espinas que estaban alrededor del corazón en la visión de 1673. Por último, la petición es reparar. Jesús pide a Margarita María: «Pero tú, al menos concédeme el placer de compensar sus ingratitudes en la medida de tus propias posibilidades. Tú, al menos, ámame. Son entonces tres peticiones de reparación para vivir ese “tú, al menos ,ámame”».
Margarita María dice que entonces le mostró su impotencia para responder a esta llamada. Y Jesús abre su corazón, toma una llama ardiente y la coloca en su pecho diciendo: «Toma, aquí tienes lo que necesitas para compensar todo lo que te falta». Él añadió: «No tengas miedo, yo seré tu fuerza. Escucha mis palabras y haz todo lo que te diré».
Lo que tenemos aquí es un resumen de toda la experiencia bíblica de la llamada de Dios al hombre, respondiendo a sus objeciones y fortaleciéndolo para llevar a cabo la misión que le ha encomendado. Jesús hace tres peticiones. La primera es comulgar con frecuencia. Me recibirás en el Santísimo Sacramento tanto como te lo permita la obediencia. La segunda es honorar especialmente el primer viernes del mes. Es así de dónde viene esta tradición, esa ligación entre el primer viernes del mes y el Sagrado Corazón. La tercera es la Hora Santa. Cada noche de jueves a viernes te haré partícipe de esa tristeza mortal que quise sentir en el huerto de los Olivos. Así Margarita María se despertará todas las semanas durante la noche de jueves para viernes desde las 11 hasta medianoche para permanecer durante una hora unida a Jesús en su agonía. Ella está habitada por dos actitudes espirituales. Suavizar la amargura que sintió Jesús por el abandono de los apóstoles y la traición de Judas. Es la consolación, el consuelo de Jesús y pedir misericordia para los pecadores.
La tercera aparición (1675)
La tercera aparición es en 1675. No se tiene la fecha exacta pero es durante la octava de la fiesta de Corpus Christi entre el 9 y el 16 de junio de este año. Jesús se le apareció y le dijo: «He aquí el corazón que ha amado tanto a los hombres que no se ha reservado nada hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor y en respuesta, no recibo de la mayor parte, sino ingratitud, ya por sus indiferencias y sus sacrilegios, ya por su frialdad y desprecio con que me tratan en este sacramento de amor. Pero lo que me es aún mucho más sensible es que son corazones que me están consagrados los que así me tratan».
Algunos comentarios sobre estas palabras. De nuevo se puede escuchar la declaración de amor: «He aquí este Corazón…» Después Jesús se queja dando aclaraciones sobre las espinas mencionadas durante la primera aparición. No se trata solo de ingratitud, indiferencia como en la segunda aparición, sino también de sacrilegios, frialdad y desprecios cometidos contra la Eucaristía llamada sacramento de amor. En relación con la Eucaristía, en la carta 133, santa Margarita María escribe estas palabras de Jesús: «Tengo sed, pero una sed tan ardiente de ser amado por los hombres en el Santísimo Sacramento, que esta sed me consume. Y no encuentro a nadie que se esfuerce según mi deseo en saciar mi sed haciendo algún gesto en retorno a mi amor. ¿Será que al menos tú quieres saciar esta sed?» Jesús se queja de las ofensas de quienes están consagrados a Él». Cada bautizado está consagrado al Señor, como afirma el Concilio Vaticano II, Jesús se queja de la falta de amor de sus amigos, no de sus enemigos, si, sus amigos, de usted. Los consagrados son también los religiosos, religiosas y en especial los sacerdotes. Para entender esa queja hay que tener en cuenta el contexto histórico. En Versalles, la corte de Luis XIV estaba en decadencia y el caso de los venenos estaba a punto de estallar en 1679, cuatro años después… pero ya estaba ocurriendo este caso de los venenos. No sé si conocen esta historia mórbida de los casos de los venenos en el palacio de Versalles. Se trata de un sórdido asunto de brujería, envenenamientos, conspiraciones en torno al rey y sobre todo las primeras misas negras ritualizadas y celebradas por sacerdotes indignos de París. Estas misas negras son cultos a Satanás bajo la égira de Judas, una inversión satánica del ritual de la misa con orgías y abusos sexuales, el asesinato ritual de recién nacidos y más cosas peores. Por eso, todo eso no es aun conocido en 1675. Esto se revelará cuatro años después de las apariciones de Paray. Pero se entiende mejor la queja dolorosa de Jesús sobre los sacrilegios cometidos contra la Eucaristía por parte de sacerdotes. Y ahí viene la gran petición de reparación. La gran petición es la institución de una fiesta en honor al Sagrado Corazón. «Por eso te pido que el primer viernes después de la octava del Santísimo Sacramento se dedique a una fiesta especial para honrar mi corazón comulgando este día y reparándolo con acto de honor para reparar las indignidades que ha sufrido durante el tiempo en que ha estado expuesto en los altares». Margarita María le dijo a Jesús que no sabía cómo realizar lo que Él deseaba, una mujer enclaustrada en un lugar de Francia que vaya a instituir una fiesta litúrgica para toda la Iglesia católica. Jesús puede hacer peticiones difíciles de responder.
Bueno, tal es la respuesta de Jesús: «me dijo que me enviaría a su siervo fiel y amigo perfecto, que me enseñaría a conocerle y abandonarme a Él sin más resistencia». Ese siervo fiel y perfecto amigo es el jesuita Claudio la Colombière. Claudio al llegar a Paray es un brillante jesuita de 34 años. Siempre recibió las misiones más delicadas como ser el tutor de los hijos del ministro Colbert. Oficialmente fue enviado a Paray-le-Monial para ser el responsable de la comunidad y del colegio jesuita. Pero la verdadera misión era discernir la autenticidad de las apariciones de Margarita María. Cuando se encuentra con él en el monasterio de la Visitación, Margarita María oye en su corazón estas palabras de Jesús: «Éste es el que te envío». A pesar de sus terribles repugnancias, ella se abre a él y le revela las profundidades de su alma y todo lo que ha vivido. Claudio la tranquiliza y la anima y autentifica que viene de Dios. El papel de Claudio va más allá. Margarita María y Claudio se reciben uno al otro como hermano y hermana. El Señor les ha llamado juntos a ser instrumentos privilegiados para dar a conocer las riquezas de su Corazón, cada uno según su vocación, como visitandina, como jesuita. Y muchos años después, el día de la fiesta litúrgica de la visitación, 2 de julio de 1682, Claudio ya está muerto hace seis años, dos años antes de la muerte de Margarita María. Margarita María recibe ese mensaje de la Virgen: «Es a las hijas de la Visitación, quienes le es pedido dar a conocer al Sagrado Corazón, amarlo y distribuirlo a los demás, a los padres jesuitas, se les has reservado dar a conocer su utilidad y su valor para poder aprovecharlo, recibiéndolo con el respeto y la gratitud debidos a tan gran beneficio».
Una experiencia de fuego
Quisiera decirles sencillamente como rector del santuario de Paray-le-Monial, que es verdaderamente un lugar de gracias muy especial. Ciertamente no viviremos estas experiencias de la misma manera que Margarita María, pero podemos pedir las mismas gracias. La modalidad es diferente, pero es la misma gracia. Lo que Margarita María ha vivido místicamente, cada uno de nosotros podemos vivirlo sacramentalmente, especialmente por medio de la Eucaristía, de la adoración eucarística y de la confesión. Descansar en el Corazón de Jesús para que nos revele su amor apasionado por cada uno de nosotros en particular y pedir que sumerja nuestros corazones en su propio Corazón para que ardan de su caridad y anuncien al mundo ese amor. Desde el siglo xix se representó el Corazón de Jesús con mucha sangre, con el riesgo de transmitir una espiritualidad dolorista. Pero la experiencia de Margarita María es la de un corazón ardiente y no de un corazón sangriento, porque ella experimenta el fuego, el ardor, la quemadura del Corazón de Jesús. ¿Será que nosotros también queremos arder como ella ha ardido, estar sumergidos en el horno ardiente del corazón y ser habitados por sus llamas? Jesús lo dijo en el evangelio. «He venido a arrojar un fuego sobre la tierra y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo». (Lucas 12:49). Es el Evangelio del día 24 de octubre de 2024, el día de la publicación de la encíclica Dilexit nos.
La experiencia de Margarita María es una experiencia de fuego. Ella quería entregarle todo, responder amor por amor, sin interés por lo que recibirá en retorno. El fuego del Corazón de Jesús es el fuego del espíritu de Pentecostés y la experiencia de Margarita María es una verdadera efusión del Espíritu Santo. En 1975, hace 50 años, el santuario de Paray-le-Monial y la devoción al Sagrado Corazón estaban totalmente abandonadas en Francia. Ningún obispo había respondido a las invitaciones enviadas por mi predecesor para conmemorar el tricentenario de las apariciones. ¡Qué diferencia con el que vivimos en Paray-le-Monial durante este jubileo de los 350 años! Sin saber nada de este aniversario, el venerable Pierre Goursat, francés, fundador de la comunidad del Emmanuel a la que pertenezco, tuvo la intuición profética de venir a Paray-le-Monial para organizar el segundo encuentro de la Renovación carismática francesa. ¿Cómo explicar esta intuición en esta época que nadie iba a Paray? Pierre Goursat había entendido que en la fuente del Espíritu Santo es el Corazón de Jesús y decía, «Debemos pedir al Señor que encienda fuego en nuestros corazones. Es necesario ponerse en su corazón, ya que es un fuego ardiente que se nos comunica. Entonces nos quemamos de amor. Y también en Paray hay una difusión continua del Espíritu Santo que brota del corazón traspasado del Señor. Esta es la causa de la misteriosa influencia de Paray».
«En los últimos días la caridad se enfriará», había dicho el Señor. Por eso el Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, fue devuelto a las familias para renovarlas, para encenderlas con su amor. Pocos meses después de ser declarado venerable por el papa Francisco en diciembre de 2024, podemos comprobar lo acertada que fue esa intuición de Pierre Goursat. En un momento en que nadie se interesaba por Paray al menos en Francia, pasó a ser la capital de la adoración y de la oración. Realmente es una intuición profética y hoy vivimos los frutos de esta intuición de este hombre viejo y enfermo que era Pierre Goursat. Todo lo que hemos vivido durante estos ocho meses del jubileo de los 350 años hasta este magnífico congreso y la invitación que me hicieron para intervenir en él ahora demuestran lo proféticas que fueron realmente estas palabras.
Quiero terminar con estas palabras del general de los jesuitas, Pedro Arrupe que decía: «La vida espiritual y misionera de la Iglesia y de los jesuitas pasará por el redescubrimiento del fuego del espíritu del Corazón de Jesús». Esto es lo que podemos pedir durante este congreso.
*Les ofrecemos un resumen de la conferencia impartida por el padre E. Kern en el congreso Cor Iesu, Spes mundi (6-8 de junio de 2025). E. Kern es sacerdote de la archidiócesis de París, miembro de la comunidad Emmanuel y rector del santuario de Paray-le-Monial desde el año 2022.











