Como afirmaba el padre Ramón Orlandis, «la historia revela las leyes de la Providencia divina actuando en los pueblos y en toda la humanidad. Descubrir estos planes y acogerlos con humildad no es sólo un ejercicio intelectual, sino una guía para orientar nuestra acción y alentar nuestra esperanza».
Con Pío IX se abre la época contemporánea de la Iglesia, marcada por la progresiva descristianización de Europa: una civilización que, habiendo recibido la semilla del Evangelio, secó sus raíces y comenzó a caminar hacia el ateísmo. Sin embargo, la Providencia quiso que este tiempo fuera también profundamente mariano: dogmas, apariciones y un creciente protagonismo de María en la vida de la Iglesia anunciaban la intervención materna de la Virgen en la historia.
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