CON una Eucaristía presidida por monseñor Luis Argüello, obispo de Valladolid, y concelebrada por el vicario general, los responsables de los dos templos jubilares y medio centenar de presbíteros y diáconos, el pasado viernes 16 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón, la diócesis de Valladolid abrió el Año jubilar del Corazón de Jesús en una catedral abarrotada de fieles.
La misa dio comienzo con la lectura del decreto por el que el Santo Padre, a través de la Penitenciaría
Apostólica, concedió el año de gracia a la diócesis de Valladolid con motivo del centenario de la entronización del Sagrado Corazón en la torre de la catedral, desde donde monseñor Argüello dio la bendición con el Santísimo Sacramento a todos los vallisoletanos días más tarde, emulando la Eucaristía que desde allí celebró el 24 de junio de 1923 el entonces arzobispo metropolitano Remigio Gandásegui.
En el transcurso de la Eucaristía solemne monseñor Argüello se felicitó por esta «segunda oportunidad» que constituye el jubileo para el renacimiento del perdón y de la misericordia en unos hombres y un mundo «de heridas y confl ictos». Hizo un llamamiento a la humildad para ofrecer «el perdón, la caridad la gracia y la alegría» y pidió a los sacerdotes «horas extraordinarias» para que el mayor número de fieles, vallisoletanos y visitantes, puedan acceder a la gracia jubilar: la indulgencia plenaria. Es un tiempo para acercarse a la «alegría desbordante» y a la «misericordia» del Señor, pero también un
tiempo de «renovación», en palabras del propio arzobispo, quien invitó a «pasar por la indulgencia» para «curar las secuelas» que «el egoísmo y el pecado» dejan «siempre en nuestra vida, en las
relaciones, en las instituciones».
Concluyendo la solemne Eucaristía se dio lectura a la oración del Jubileo y los fi eles marcharon en procesión a la basílica santuario de la Gran Promesa con los cofrades del Atado y del Descendimiento alumbrando los pasos, donde monseñor Argüello «abrió simbólicamente» la puerta de este segundo
templo jubilar tras un breve acto ritual en el exterior. Allí, también con una gran asistencia de fi eles, se celebraron las Vísperas y el Santísimo permaneció expuesto toda la noche para la adoración eucarística y el rezo continuado del rosario.
Diferentes iniciativas artísticas, celebrativas, culturales y de acción social centradas en la devoción al Corazón de Jesús tendrán lugar en Valladolid durante este año jubilar, incluyendo la coronación de la Virgen de los Dolores de la Vera Cruz, el 23 de septiembre. En la carta pastoral escrita por monseñor Argüello con motivo de este año jubilar y titulada «¡Venga tu Reino! Reinaré ¡Venid a mí, id, salid!», el arzobispo de Valladolid proponía, entre otras, las siguientes «pistas para vivir el año jubilar»: mirar
la imagen del Corazón de Jesús que está en la torre de la catedral; mirar y decir: «Jesús, en ti confío». Orar ante el sagrario; promover la adoración eucarística. Leer la Palabra de Dios, personal y comunitariamente. Celebrar el sacramento del perdón; confesar que el Corazón misericordioso tiene fuerza y poder para vencer al pecado en nuestro corazón. Cuidar especialmente los «primeros viernes
de mes». Orar a María. Realizar peregrinaciones al encuentro de vecinos, personas con quienes tenemos alguna difi cultad, etc., invitando a acudir a los templos jubilares.
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