• Portada
  • Historia
  • Hemeroteca
  • Suscripción
  • Redacción
  • Acceso
  • Registro
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
CRISTIANDAD
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
CRISTIANDAD

Martín Lutero e Ignacio de Loyola: dos rumbos opuestos

Por Gerardo Manresa Presas
enero 2017
en Pequeñas lecciones de historia, Secciones
4 min de lectura

PublicacionesRelacionadas

El peligroso engaño de la ideología vegetariana

A propósito de Alfie Evans

mayo 2018

Las Ramblas de Barcelona tienen patrón

marzo 2021
El ocaso de la Iglesia en Irak

«Ayúdales a volver»

febrero 2018

Estas dos figuras históricas pueden ser contempladas en el momento mismo en que una y otra cambian el rumbo de sus vidas, uno para apartarse de la Iglesia católica y el otro para consagrarse a su servicio: Lutero e Ignacio. Tanto el fraile alemán como el caballero español son súbditos del emperador Carlos V, cuyo reinado cobra por ellos la más ancha y profunda perspectiva histórica.
La pluma del escritor Giovanni Papini pone de relieve la diferencia y el sincronismo de los hechos:
«Justamente el mismo año de la Dieta de Worms, de 1521, en que se cortó el último hilo de esperanza para la retractación del agustino delirante, cuando Carlos V, después de proscribirlo del Imperio, hizo quemar sus venenosos libracos, un arriscado caballero vasco, herido en una pierna por un cañón de Francisco I de Francia, era transportado al castillo paterno de Loyola. En las trasnoches de la convalecencia resolvía dejar el servicio del mundo y de los príncipes para consagrarse a la divina Majestad y al servicio de la Iglesia. En aquellos mismos meses, también Lutero se encerraba, aunque sin heridas en el cuerpo, en un castillo, en Wartburg, para mejor aprestar, salvado el peligro, sus agresiones a Roma. Podrán parecer coincidencias o contraposiciones externas, pero existen más misterios, aun en la cronología, de los que pueden sospechar los compiladores de cuadros sinópticos y de jarabes históricos. Y que los dos atormentados espíritus son en verdad los verdaderos antagonistas del principio de aquel siglo se prueba claramente por razones mucho más profundas que las fechas; y no solamente por el dique que la Compañía ignaciana construyó contra los luteranos en el septentrión, sino por el contraste absoluto entre el espíritu del fraile desenfrailado y el caballero transfigurado.»
Puntualizando las semejanzas podemos decir que Wartburg y Loyola, dos castillos, fueron refugio en el mismo momento de dos hombres en momento de crisis espiritual. La soledad de Lutero concluye el 1 de marzo de 1522 y la de Ignacio concluye también por estos mismos días ya que el 21 de marzo de 1522 llega a Montserrat, tras pasar por Oñate, el monasterio de Nuestra Señora de Aránzazu y Navarrete. Lutero deja en Wartburg sus hábitos de monje cambiándolos por los de caballero, mientras que Ignacio depone en Montserrat su traje de caballero para vestir de mendigo o penitente. Lutero, atormentado por las tentaciones de la carne, declara la guerra al voto de castidad, mientras que Ignacio, temeroso de ser vencido en esta materia, hace voto de castidad perpetua en el santuario de la Virgen. Lutero se angustia con los primeros remordimientos de la conciencia, que le pregunta: «¿No estarás equivocado?». Ignacio oye dentro de sí una voz que le dice: «¿Podrás tú sufrir esta vida de penitencia tantos años que aún te quedan?». Lutero se confiesa abrasado por la carne indómita; las tentaciones de Ignacio no son de sensualidad, sino de escrúpulos, que le ponen al borde de la desesperación. Lutero se siente obsesionado y perseguido por los espíritus malignos, confundiendo a Satanás con sus propias imaginaciones; Ignacio observa que unas inspiraciones llevan la marca de Dios y otras la del diablo, y escribe sus reglas de discernimiento de espíritus. Lutero no da paz a la pluma, componiendo libros revolucionarios, que vienen a destruir el ascetismo de los santos y la piedad tradicional del pueblo cristiano; Ignacio empieza a redactar su librito de los Ejercicios espirituales, «fuente inagotable de la piedad más profunda» y «guía segurísima para la conversión y la más alta perfección espiritual», dice Aquiles Ratti, futuro papa Pío XI.
«Ignacio de Loyola, dice un autor español, no se parecía en nada a Lutero: el alemán era un impulsivo y desequilibrado, capaz de gritar, insultar, vociferar, dar golpes, utilizar un lenguaje grosero y subrayarlo con puñetazos y portazos. El español, a partir de Pamplona, y más aún de sus penitencias en Montserrat, no perdió jamás los estribos ni nunca exteriorizó su cólera, si es que la tuvo. Ignacio dominó a los demás por la manera que supo dominarse a sí mismo; su vida es una corriente ininterrumpida de energía contenida, a diferencia de Lutero que pasaba de explosiones de fuerza a las depresiones de total carencia de energía. Ignacio sabía sujetar sus pasiones, fue un apasionado por una sola pasión: el bien de la Iglesia. Por la diferencia somática básica, Ignacio y Martín se enfrentan como dos antitipos. Martín Lutero creyó que para ordenar la Iglesia había que hacer volar sus cimientos: la obediencia, la disciplina, y arrojar por la ventana la mitad de los dogmas establecidos, Ignacio de Loyola creyó que para ordenar la Iglesia había que robustecer sus cimientos: la obediencia, la disciplina, y apuntalar la mitad de los dogmas establecidos.»
Estos dos reformadores inician sus caminos desde la fortaleza de Wartburg y desde la casa torre de Loyola, casi al mismo tiempo, dos reformas diferentes y contrapuestas. La primera tenderá a la destrucción de la Iglesia romana, la Babilonia del Apocalipsis, la «prostituta del diablo»; la segunda a la defensa y propagación por todo el mundo de «la vera sposa de Cristo nuestro Señor, que es nuestra sancta madre Iglesia hierárquica.»

Etiquetas: LuteroSan Ignacio de Loyola
Publicación anterior

Testimonio de dos cristianos supervivientes al Estado Islámico

Siguiente publicación

Los mártires de hoy en Pakistán

Publicaciones Relacionadas

Orientaciones bibliográficas

Santa Teresa del Niño Jesús. Cartas de sus corresponsales y otras diversas. Santa Teresa del Niño Jesús, Monte Carmelo 2018

junio 2020

Los amigos de santa Teresita se encontrarán en este libro con una agradable sorpresa editorial. Traducida del francés, la editorial Monte Carmelo ha publicado un volumen de cartas de los corresponsales de la Santa. Una auténtica oportunidad para conocer...

El peligroso engaño de la ideología vegetariana
Hemos leído

Tres principios para una verdadera reconstrucción nacional

noviembre 2024

El Cuaderno CEU-CEFAS 09 (otoño de 2024), Una visión actual del pensamiento de Jaime Balmes, recoge una conferencia que José Mª Alsina impartió en el marco de unas jornadas sobre Jaime Balmes. Allí, tras señalar los motivos del fracaso...

Buscar por fecha…

¡Clama ne cesses!

Últimas publicaciones

Mártires franciscanos de Georgia (USA) en defensa del matrimonio

Mártires franciscanos de Georgia (USA) en defensa del matrimonio

abril 2025

abril 2025
NUEVO NÚMERO – Abril 2025

Tiempos martiriales

abril 2025

Temas

Actualidad Actualidad Política Actualidad Religiosa Apostolado de la oración Cataluña Comunismo Cristiandad, Revista Cristo Rey Editorial España Estados Unidos Eucaristía Europa Familia Filosofía Fragmentos Francia Grabados Historia Iglesia Inglaterra Israel León XIII Liberalismo Mariología Navidad Orlandis i Despuig S.I., Ramón PAPAS (alocuciones, discursos, fragmentos,etc.). Persecución Religiosa Poesía Pío IX, Beato Pío XII Reino de Cristo Religión Rusia Sagrado Corazón de Jesús San Juan XXIII Santa Teresita del Niño Jesús Schola Cordis Iesu Sociología Sociología cristiana Teología de la Historia Varios Vaticano II, Concilio Virgen María

Plura ut unum

Los hermanos Lémann y el Postulatum pro hebraeis

Los hermanos Lémann y el Postulatum pro hebraeis

diciembre 2020
«El programa de la época es la persecución»

«El programa de la época es la persecución»

octubre 2020

El belén, escuela de sencillez

diciembre 2019
  • Aviso legal
  • Política de privacidad
  • Política de cookies
  • Política de contratación
CRISTIANDAD - Al Reino de Cristo por los Corazones de Jesús y María.

Copyright © 2015-2025. CRISTIANDAD. Todos los derechos reservados. Powered by APG.

¡Bienvenido a CRISTIANDAD!

Identifícate con tu cuenta

¿Olvidaste la contraseña? Regístrate

¡Crea una nueva cuenta!

Rellena el siguiente formulario

Rellena todos los campos. Identifícate

Recupera tu contraseña

Por favor, introduce tu nombre de usuario o dirección de correo electrónico para restablecer tu contraseña.

Identifícate
Gestionar consentimiento
Para ofrecer las mejores experiencias, utilizamos tecnologías como las cookies para almacenar y/o acceder a la información del dispositivo. El consentimiento de estas tecnologías nos permitirá procesar datos como el comportamiento de navegación o las identificaciones únicas en este sitio. No consentir o retirar el consentimiento, puede afectar negativamente a ciertas características y funciones.
Funcional Siempre activo
El almacenamiento o acceso técnico es estrictamente necesario para el propósito legítimo de permitir el uso de un servicio específico explícitamente solicitado por el abonado o usuario, o con el único propósito de llevar a cabo la transmisión de una comunicación a través de una red de comunicaciones electrónicas.
Preferencias
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para la finalidad legítima de almacenar preferencias no solicitadas por el abonado o usuario.
Estadísticas
El almacenamiento o acceso técnico que es utilizado exclusivamente con fines estadísticos. El almacenamiento o acceso técnico que se utiliza exclusivamente con fines estadísticos anónimos. Sin un requerimiento, el cumplimiento voluntario por parte de tu proveedor de servicios de Internet, o los registros adicionales de un tercero, la información almacenada o recuperada sólo para este propósito no se puede utilizar para identificarte.
Marketing
El almacenamiento o acceso técnico es necesario para crear perfiles de usuario para enviar publicidad, o para rastrear al usuario en una web o en varias web con fines de marketing similares.
Administrar opciones Gestionar los servicios Gestionar {vendor_count} proveedores Leer más sobre estos propósitos
Ver preferencias
{title} {title} {title}
  • Editorial
  • Artículos
  • Actualidad
    • Actualidad política
    • Actualidad religiosa
  • Secciones
    • Orientaciones bibliográficas
    • Hemos leído
    • Iglesia perseguida
    • Pequeñas lecciones de historia
    • In memoriam
    • 75 años
    • Año de la oración
  • Jubileo del Sagrado Corazón
    • Monumentos dedicados al Sagrado Corazón de Jesús
    • La Devoción al Corazón de Jesús
    • Centenario Consagración de España al Corazón de Jesús
    • Consagración al Corazón de Jesús
  • Acceso
  • Regístrate
  • Carrito
¿Seguro que quieres desbloquear esta publicación?
Desbloqueos disponibles : 0
¿Seguro que quieres cancelar la suscripción?