La carta Placuit Deo, recientemente publicada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, viene a contribuir a este objetivo teniendo en cuenta «algunos aspectos de la salvación cristiana que hoy pueden ser difíciles de comprender debido a las recientes transformaciones culturales» y en respuesta a la petición de diversos teólogos de continuar profundizando en algunos aspectos enunciados en la declaración Dominus Iesus (2000) sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia.