La muerte de san Juan Bautista de La Salle en el año 1719 dejó tras de sí un incipiente y sólido legado, pues los Hermanos de las Escuelas Cristianas contaban entonces con 101 miembros y veintitrés casas. Números que se incrementarían incesantemente hasta superar los nueve mil hermanos y las más de mil doscientas casas a mediados del siglo xx.