En pleno centro de Londres, junto a la esquina noreste de Hyde Park y a escasos pasos del eje comercial de Oxford street, se encuentra una placa en el suelo que recuerda el lugar en el que antaño se alzaba el Árbol de Tyburn. A pocos metros, tras una fachada exterior anodina, se encuentra uno de los lugares de peregrinación más emblemáticos de la capital inglesa, el convento de Tyburn, donde se adora al Santísimo Sacramento en el mismo lugar en el que más de trescientos cincuenta mártires entregaron su vida durante los siglos xvi y xvii.