
Yo me pronuncio, y no solamente como opinión particular, sino porque creo que corresponde plenamente al pensamiento de la Iglesia, por la vigencia del Syllabus; vigencia en un doble sentido.
Existe la que podría llamarse vigencia «canónica». La Iglesia no ha retirado el valor a este documento y tiene por consiguiente fuerza rectora para las mentes y obligatoria para las voluntades de los políticos católicos. Pero además de esta vigencia canónica hay una segunda vigencia que podríamos llamar «moral» o de actualidad. Ciertos errores condenados por la Iglesia no tienen hoy en día gran importancia: las condenaciones que la Iglesia lanzó hace muchos siglos, por ejemplo, contra el priscilianismo o contra los patripasianos, hoy en día no tienen actualidad, porque no hay quien siga esos errores. ¿Podemos decir una cosa parecida del Syllabus? ¿Ha perdido su actualidad porque no hay quienes sigan las orientaciones y derroteros reprobados por el Papa?