La sharía es la expresión escrita de la voluntad de Alá, destinada a regular todos los ámbitos de la vida social. Sus orígenes están en el primer islam, establecido por Mahoma en Medina, donde el antiguo camellero se vio obligado a organizar a sus seguidores en una comunidad estable que fundía lo religioso, lo político y lo jurídico en una teocracia igualitaria.
*Artículo publicado en Cristiandad en febrero de 2007
La contemporánea vigencia del concepto de diálogo interreligioso hace necesaria la comparación entre la fe cristiana (que nos revela, con nuestra salvación por Cristo como comunicación de la vida divina, la restauración en nosotros, por la infusión del Espíritu Santo, de nuestra filiación adoptiva al ser hechos miembros del Cuerpo místico de Cristo) y los conceptos sobre la vida religiosa del Corán,
Aunque esencialmente los musulmanes comparten las mismas prácticas religiosas, rinden culto al mismo Dios, obedecen los cinco pilares del islam y siguen las enseñanzas del Corán, existe entre sus corrientes unas diferencias irreconciliables que durante siglos han perpetuado el odio y la división.
San José en el plan de salvación
La bondad de Dios ha querido llevar a cabo la obra de redención del género humano –economía de la salvación–, con toda profusión de medios que pongan en valor los dones de la Creación. En muchas ocasiones nos cuesta entender que Dios haya elegido medios tan humanos, cuando siendo Dios, hubiera podido salvarnos «tomando siempre la línea recta, el camino más corto y directo».
En el padre humano hay una cierta primacía de la inteligencia sobre los sentimientos, lo cual le dispone a enseñar la verdad claramente, permitiéndole comunicar los conceptos con razones hondas, profundas y ordenadas. La paternidad, por lo mismo, exige ser consistente internamente.
Con razón se solía calificar a José María Quadrado como «polígrafo», expresión muy característica del siglo xix, que se aplicaba a escritores que con la debida competencia se ocupaban de asuntos de diversa índole con una visión amplia que permitiera relacionar los diversos saberes y su implicación en el desarrollo de los conocimientos humanos.
La elección de un nuevo papa
Hace ya cinco años, el 13 de marzo de 2013, los miembros del colegio cardenalicio eligieron al nuevo sucesor de Pedro: el papa Francisco. Sus primeras palabras, después de saludar brevemente, fueron para pedir una oración por el papa emérito Benedicto XVI y también por él mismo: «Quisiera darles la bendición, pero antes pido un favor. Antes de que el Obispo bendiga al pueblo, pido para que Dios bendiga a su Obispo. Hagamos en silencio esta oración de ustedes para mí».
Monseñor Dominique Rey pronunicó esta homilía con motivo de la consagración de su diócesis de Fréjus-Toulon a san José, en Cotignac, el 17 de marzo de 2012
El pasado mes de agosto con motivo del 700º aniversario de la fundación de las diócesis francesas de Luçon y Maillezais, pertenecientes a la histórica región de la Vendée el cardenal Sarah visitó dichas diócesis e hizo un alto en le camino para rezar frente a la tumba de San Luis María Griginion de Montfort. Reproducimos en este número la homilía del cardenal Sarah en Saint-Laurent-sur-Sèvre, por ser apropiada para meditar durante la semana santa.
John Beaumont, en un artículo aparecido en Saint Austin Review, se hace eco de una jugosa anécdota: se trata de «una anécdota sobre el comentario que Talleyrand, el obispo secularizado de Autun, político y diplomático, habría dirigido a alguien que…