Oh, Virgen Santísima, que habéis sido agradable al Señor y os convertisteis en su Madre; Virgen Inmaculada en vuestro cuerpo, en vuestra alma, en vuestra fe y en vuestro amor, mirad con ojos benévolos a los infelices que imploran vuestra…
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Razón del número
«La alegría cristiana, participación de la alegría del Corazón de Cristo»
Entre los distintos aspectos que subrayó el papa Francisco de la figura de Pablo VI tanto en la homilía de beatificación (19/10/2014), como en la de canonización (14/10/2018) encontramos el de la alegría. Afirmaba en la primera de ellas: «El que fuera gran timonel del Concilio, al día siguiente de su clausura, anotaba en su diario personal:
Una inolvidable alocución de Pablo VI
Nos referimos a la alocución del papa Pablo VI, en la audiencia general del miércoles, día 15 de noviembre de 1972.
En ella, el pontífice quiso ampliar y aun enseñar, con autoridad suprema, lo que más brevemente había dicho en su histórica homilía durante la santa Misa de la fiesta de san Pedro y san Pablo, 29 de junio de 1972.
«Sentir con la Iglesia» según san Ignacio de Loyola
Sobrenaturalizar al Romano Pontífice*
No, cuando calla». Al afirmar esto, el padre Orlandis tenía conciencia de establecer un principio y de proponer una advertencia decisivamente urgente para la defensa de la fe. Los silencios pontificios –los de Pío XII antes de 1950– comenzaban ya a ser invocados con intención sistemática contra algunos aspectos de la doctrina y de la espiritualidad católicas.
*Francisco Canals, En el Año de la Fe: sobrenaturalizar al Romano Pontífice, Cristiandad junio-julio de 1969.
El Concilio Vaticano I
«Roma locuta, causa finita»
Con este refrán en latín se suele resumir una convicción general entre los teólogos católicos por la cual, una discusión en materias disputadas puede llevarse a cabo libremente mientras no haya un dictamen del Magisterio. En quienes tienen un deseo sincero de sentir con la Iglesia, la intervención de «Roma» dirime las controversias y, si los teólogos en cuestión son verdaderos cristianos,
Los silencios del papa Honorio y la infalibilidad pontificia
Durante los primeros años de las guerras sasánidas entre el Imperio bizantino y persa (602-628), Cosroes II, emperador sasánida conquistó toda la Anatolia, hasta Calcedonia, Siria y en 614 ocupó Jerusalén. Los persas incendiaron muchas de las iglesias de la ciudad, incluida la del Santo Sepulcro y la Resurrección, y se llevaron abundantes reliquias, como la Vera Cruz,