Categoría: Artículos

Iconografía josefina en el Barroco

Fue el papa Clemente VII quien en el siglo xvi acuñaba una medalla en la que se mostraba a Cristo atado a una columna bajo la divisa Post multa, plurima restant, refiriéndose a lo que estaba sufriendo y tendría todavía que sufrir la Iglesia católica.

San Pío IX, el papa de la Inmaculada, y su devoción a san José

Francisco Podesti (1801-1895) fue el pintor italiano encargado por el papa Pío IX de la decoración de una sala del Vaticano con frescos sobre el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado el 8 de diciembre de 1854. Dice Rafael Rey en su libro La llena de gracia que en la sala donde está ubicada esta pintura al fresco….

Santa Teresita de Lisieux, madre espiritual de sacerdotes

Al entrar en el Carmelo, Teresita de Lisieux declara el fin de su vocación: «He venido para salvar almas, y, sobre todo, para orar por los sacerdotes». Considerando el estado actual de la Iglesia, particularmente en Chile, contexto en el cual escribo, ojalá este deseo de interceder por nuestros ministros vuelva a resonar con fuerza en los corazones cristianos.

Marcelo Van, el «hermanito» de santa Teresita

El pasado 2018 nos llegó a las librerías la magnífica autobiografía de Marcelo Van, un joven religioso vietnamita. Poco se sabía aquí de las proezas de este religioso redentorista en proceso de beatificación; sin embargo, su vida merece la pena ser conocida porque, al igual que su hermanita espiritual santa Teresita,

Los papas y santa Teresa de Lisieux

La forma en diminutivo con que el nombre de bautismo de esta santa suele presentarse obedece al que ella misma humildemente esperaba e incluso deseaba que le aplicasen después de su tránsito a la vida del Cielo. Reconocía ella que entre los santos se daba una diversidad de casos en cuanto a la memoria que de ellos se tiene en la Iglesia y en el mundo.

Celia Guérin: semblanza de una madre santa

Celia Guérin nace el 23 de diciembre de 1831 en un caserío del villorrio de Gardelain. Su padre, Isidoro, era un militar, riguroso y con un gran amor por sus hijos; su madre, Luisa, era una mujer piadosa pero muy poco cariñosa, y dura en exceso. Celia tuvo dos hermanos: María Luisa, dos años mayor y que llegó a ser religiosa de la Visitación, con quien se sentía muy unida, e Isidoro, diez años menor, «el mimado», en expresión de Celia, y de quien conservamos una abundante correspondencia entre Celia y él.

La declaración de fe «¡No se turbe vuestro corazón!» (Juan 14,1)

El cardenal Müller, exprefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ha querido hacer una declaración pública de fe «ante la creciente confusión en la enseñanza de la doctrina».
En su documento, el alemán recuerda las verdades de fe sobre el Dios uno y trino, revelado en Jesucristo, la Iglesia católica, el Orden sacramental, la ley moral y la vida eterna.
Termina la carta con una invocación: «Que María, la Madre de Dios, nos implore la gracia de aferrarnos a la verdad de Jesucristo sin vacilar»

Solzhenitsyn y su crítica al comunismo y al capitalismo

El escritor ruso Aleksander Solzhenitsyn (1918-2008) de cuyo nacimiento se conmemoraban los cien años el pasado diciembre, fue uno de los personajes claves de la historia del siglo xx. No solamente para su pueblo natal, el ruso, sino también para Europa y América, pues no sólo no cesó de revelar los grandes males del comunismo de la Unión Soviética, enfrentándose a ésta cara a cara, sino que también criticó duramente el «capitalismo de Occidente».

La modernidad europea juzgada por Dostoyevski y Soloviev

Verano de 1878. Un anciano de 57 años y un joven de 25, amigos desde 1873, pasan unos días juntos en el monasterio de Óptina Pustin, centro espiritual de Rusia, para visitar al stárets Ambrosio. El viejo es Fiódor Dostoyevski, uno de los escritores más célebres del país, y busca consuelo por la pérdida de su hijo de 3 años; el joven es Vladimir Soloviev, y acaba de conquistar la gloria en San Petersburgo presentando sus Doce lecciones sobre la teohumanidad.

Enrique Ramière: hacia un despotismo colosal

El venerable padre Ramón Orlandis, en su nuclear Pensamientos y ocurrencias y en torno a 1925, escribía acerca de Enrique Ramière: «buen conocedor de las dificultades y peligros de nuestros tiempos… pertrechado con una buena provisión de ciencia teológica y social… propone todo un sistema de ciencia espiritual y de sociología sobrenatural (…) profundo sociólogo, ve el mundo abocado a una catástrofe que tiene por humanamente inevitable»