… Gritarán las piedras

Como ya ocurrió en España en abril del año pasado con la aprobación de la Ley Orgánica 4/2022 en la
que se penaliza el acoso (mediante actos molestos, ofensivos, intimidatorios o coactivos) a las mujeres que acuden a clínicas abortistas o a sus trabajadores, el pasado 7 de marzo la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña aprobó una nueva cláusula de la Ley de Orden Público que también tipifica el delito de interferencia en el acceso o prestación de servicios de aborto. Esta nueva cláusula introduce áreas alrededor de las clínicas y los hospitales donde se realizan abortos («buff er zones» o zonas de amortiguamiento, constituidas por cualquier espacio público o privado, que sea visible desde la vía pública, en un radio de 150 metros desde cualquier acceso a la clínica) donde la interferencia
con las mujeres que acceden a los servicios de aborto o de las personas que los brindan es un delito. La cláusula británica especifi ca –a diferencia de la española, que no concreta en que consiste un acto de acoso– que «interferir» con las mujeres que van a abortar signifi ca «buscar influir, ocupar persistente, continua o repetidamente, impedir o amenazar, intimidar o acosar, aconsejar o persuadir,
intentar aconsejar o persuadir o expresar una opinión de otro modo, informar o intentar informar
sobre abortos por cualquier medio –incluidos, entre otros, medios gráficos, físicos, verbales o escritos, bocetos, fotografías, grabaciones, historias, retransmisiones– y transmitir imágenes, audios, semblanzas o datos personales de cualquier persona sin consentimiento expreso».
En esta sociedad que camina cada vez más rápidamente hacia su propia perdición y en la que ni siquiera se escuchan ya «las lágrimas y gemidos de Raquel, que llora a sus hijos», los movimientos pro-vida tratan de dar voz a esa legión de niños inocentes abortados. También los fariseos de hoy les mandan callar y que no proclamen el mensaje de salvación que nos trae «el Rey que  viene en nombre del Señor»; y hoy, como entonces, Jesús les responde: «Os aseguro que si ellos callan, gritarán
las piedras».