Miles de hombres rezan el rosario en las calles polacas

EL rosario ha sido desde todos los tiempos una Cruzada sobrenatural, la completa sobrenaturalización del espíritu de cruzada. Desde el siglo de la herejía albigense, desde los tiempos de la batalla de Lepanto, cuya conmemoración, 7 de octubre, motiva la fecha de su festividad litúrgica, hasta las encíclicas del papa León XIII y de modo especial
después de las revelaciones de la Virgen de Fátima, no es el rosario una forma particular de piedad, ni se dirige solamente a alcanzar el remedio a necesidades individuales.
La Iglesia y la Santísima Virgen nos invitan en verdad a orar por medio del rosario –de un modo análogo
como lo hace el sacerdote por la Misa y el Oficio divino– por la Iglesia y por el mundo, por la universal efi cacia salvadora de la gracia de Cristo por la mediación de María. Respondiendo a los deseos de la
Virgen, el pasado 6 de noviembre, primer sábado de mes, más de tres mil hombres del Movimiento «Wojownicy Maryi» (Caballeros de María) recorrieron las calles de Bydgoscz, en Polonia, rezando el rosario. Esta iniciativa formaba parte del encuentro nacional de esta asociación, fundada en 2016 por el padre Dominik  Chmielewski, SDB, que acoge a varones que desean formarse como buenos esposos y padres de familia a través de la vida de oración, una participación activa en las comunidades parroquiales y su formación permanente en la fe, siguiendo el sistema preventivo de san Juan Bosco. Sus estatutos fueron aprobados en mayo de 2020 por el Inspector del Norte de Polonia (PLN), el padre Tadeusz Itrych, y aguardan la aprobación de la Conferencia Episcopal Polaca para su reconocimiento como Asociación pública de fi eles.
Los participantes se reunieron en la Plaza del Mercado Viejo de Bydgoscz, donde el padre Chmielewski,
SDB, consciente de la lucha de Satanás contra toda paternidad, tanto la del cielo como la de la tierra, les exhortó con estas palabras: «Dios quiere ayudarnos para que nuestros corazones varoniles se unan a Él, para acercarnos a nuestras esposas, a nuestros hijos, para que podamos construir de todo corazón el Reino de Dios en nuestros hogares… Jesús debe ser nuestro único modelo; queremos
estudiar e imitar el estilo de vida de Jesucristo, esa es la mayor aventura de nuestra vida, el mayor
gozo y privilegio. Por eso nos entregamos a ti, María, para que nos hagas a imagen de tu Hijo».
Desde la Plaza del Mercado Viejo, divididos en dieciséis grupos de unas doscientas personas, y acompañados por monseñor Krzysztof Włodarczyk, obispo de Bydgoscz, procesionaron tras las imágenes de un gran Cristo, la Virgen de Fátima, san José y san Miguel arcángel, rezando el rosario
y cantando canciones, hasta la Basílica de San Vincenzo de Paul, donde se celebró la Santa Misa y se tuvo un rato de adoración eucarística.